martes, 22 de diciembre de 2020

Federalismo, parlamento y control externo de cuentas


Un poco de historia
 
La Constitución española de 1931 definía la República como “un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones”. En materia de control externo, el Tribunal de Cuentas de la República (TCR) se regulaba con carácter sucinto en el Título VIII relativo a la Hacienda pública, concretamente en los artículos 109 y 120 de la Carta Magna[i]. El 109 fijaba la rendición anual obligatoria de las cuentas del Estado y su preceptiva censura por el órgano fiscalizador. El 120 definía el TCR como “el órgano fiscalizador de la gestión económica”, estableciendo su dependencia directa de las Cortes y el ejercicio de sus funciones “por delegación de ellas en el conocimiento y aprobación final de las cuentas del Estado”. Como se puede leer en este último precepto, la Constitución republicana, en aras del consenso, no especificó finalmente nada sobre el control externo de las cuentas de las regiones autónomas, ni de los municipios, aunque ello fuese después de acalorados debates a favor y en contra en las Cortes, acerca de la naturaleza delegada o sustantiva de la autonomía regional como telón de fondo y, en definitiva, sobre el alcance fiscalizador del TCR[ii].

En septiembre de 1932 fue aprobado el Estatuto de Autonomía de Cataluña, cuyo artículo 17 especificaba que el TCR “fiscalizará anualmente la gestión de la Generalidad en cuanto a la recaudación de impuestos que le sean atribuidos por delegación de la Hacienda de la República y la ejecución de servicios por encargo de ésta, siempre que se trate de servicios que tengan su consignación especial en los presupuestos del Estado”. El matiz es clave, ya que se avanzaba en la fiscalización del TCR sobre la gestión autónoma de la Generalitat, pero quedando circunscrita a los tributos cedidos y las competencias encomendadas por el Estado. Igualmente, es importante recordar que este punto estaba ausente en el proyecto remitido por la Generalitat y, sin embargo, fue introducido exprofeso durante la tramitación del Estatuto de Autonomía de Cataluña en las Cortes, retomando -y en parte corrigiendo- el debate cerrado un año antes sobre el exacto encaje del TCR en la Constitución[iii].

Otro hito se encuentra en el llamado Estatuto Interior de Cataluña, aprobado en mayo de 1933. Su artículo 81 remitía a una futura ley catalana de Administración y Contabilidad para regular, entre otros aspectos, el funcionamiento de un tribunal de cuentas propio e independiente del gobierno autónomo, así como establecer “las garantías, las normas y los procedimientos para asegurar la rendición de cuentas”. Lo cierto es que ese tribunal de cuentas de ámbito regional nunca se llegaría a constituir.

En junio de 1934 se aprueba por fin la ley especial para el TCR, prevista en la Constitución de 1931 y dos años después del Estatuto catalán. En su artículo 11 se desplegaban las competencias del TCR, incluida la de “fiscalizar anualmente la gestión de los organismos de las regiones autónomas, con arreglo a sus respectivos Estatutos” y la de “censurar, calificar y reparar las cuentas de los ayuntamientos en los casos que determine la ley municipal”. Por primera vez, una ley estatal conjugaba el control externo del sector público con el modelo de estado descentralizado que se estaba construyendo.

El actual periodo democrático

Aquel embrión de federalismo asimétrico durante la II República -aunque nunca se llamase así de manera expresa- dejó como herencia un esbozo del actual Estado autonómico, en particular, en materia de financiación[iv], pero también iba a ser el enlace histórico con un sistema de control externo, ahora sí, verdaderamente descentralizado.

En el periodo republicano el epítome territorial fue la autonomía catalana, sin olvidar el camino transitado por el Estatuto de Autonomía del País Vasco y el proyecto de Estatuto de Autonomía de Galicia, todos ellos interrumpidos por el golpe de Estado, la Guerra Civil y la larga dictadura. En todo caso, tuvieron notable influencia sobre los debates constituyentes de 1978 en materia territorial, a pesar de que -o justamente porque- habían transcurrido cuatro décadas de franquismo. La gran diferencia es que ahora se descartaba la autonomía para una o pocas regiones autónomas, quizás no tanto por convencimiento de las partes, como por la combinación del pragmatismo político del Gobierno de Suárez y de la Generalitat histórica que representaba Tarradellas. Se apostó así por el consabido “café para todos”, popularizado por el ministro para las Regiones[v], diseñando primero las preautonomías y luego las comunidades autónomas, con sus propias instituciones de autogobierno y administración, incluidos los respectivos órganos de control externo[vi].

En el ámbito internacional no se puede obviar la importancia de la Declaración de Lima, aprobada en octubre de 1977, en el marco del IX Congreso de la Organización Internacional de las Entidades Fiscalizadoras Superiores (Intosai) y considerada como la carta magna de la auditoría del sector público[vii]. Este documento gira en torno a la independencia de las instituciones fiscalizadoras y de sus miembros, para lo cual deben regularse y garantizarse en la Constitución[viii], aunque los aspectos concretos puedan ser regulados en las leyes.

En ese marco, la Constitución de 1978 trae al presente el planteamiento de su antecesora en la II República sobre el Tribunal de Cuentas y, a buen seguro espoleada por la referida Declaración de Lima[ix], va mucho más allá, al regular expresamente en el artículo 136 la condición de “supremo órgano fiscalizador de las cuentas y de la gestión económica de Estado, así como del sector público”. Reconoce también “su propia jurisdicción” (contable), garantiza la “independencia e inamovilidad” de sus miembros y remite a una ley orgánica la regulación de su “composición, organización y funciones”.

No hay duda de que el Tribunal de Cuentas puede fiscalizar el sector público autonómico (en ello insiste el artículo 153.d de la Constitución) y el sector público local, al tiempo que permite la coexistencia de órganos de control externo autonómicos, aunque sobre esto existieron algunas dudas al principio, resueltas hace tiempo por el Tribunal Constitucional[x].

El futuro ya está aquí

Los retos que subsisten son múltiples, sintetizados en términos de independencia, organización y desempeño de las instituciones de control externo (ICEX).

El primero, la dependencia del respectivo parlamento (Cortes Generales o parlamento autonómico), una cuestión que sigue abierta al debate, hasta el punto de que un sector doctrinal plantea abiertamente la necesidad de una modificación constitucional o estatutaria, según proceda, para eliminar tal “dependencia”, aunque esté asumido que esa relación es meramente electiva y formal, nunca orgánica ni funcional[xi]. En concreto, el tratamiento parlamentario de los informes de fiscalización sigue siendo un aspecto a impulsar, en aras de un control económico-financiero más útil y afinado[xii]. De igual modo, en el marco del refuerzo institucional de las ICEX sería preciso proteger su independencia técnica, incluyendo a miembros y empleados públicos a su servicio, frente a inadecuadas intromisiones, limitaciones, presiones, injerencias, consignas u otras actuaciones homólogas por parte de cualesquiera entidades, personas o grupos de interés. También es crucial que no se menoscaben -ya sea de manera directa o indirecta- la autonomía organizativa ni los recursos presupuestarios de las de las ICEX[xiii] y que, en la medida de lo posible, se pueda adecuar su política de personal a las exigencias de cualificación, flexibilidad, polivalencia y especificidad técnica requeridas en la auditoría pública.

En segundo lugar, con respecto al modelo territorial de control externo, no cabe discutir la supremacía del Tribunal de Cuentas, entendida en términos de coordinación y delimitación de competencias con los órganos de control externo autonómicos, como ya se hace en las comisiones de enlace constituidas al efecto[xiv]. Esta cuestión no llegó a estar en la agenda de la II República, por razones obvias, pero sí resulta esencial en el momento actual. Una excelente hoja de ruta la ofreció el Tribunal Constitucional hace ya muchos años en su sentencia 187/1988, cuando señaló que el Tribunal de Cuentas tiene a la actividad financiera del Estado y del sector público estatal como ámbito “principal y preferente”, de lo cual se puede inferir que ese podría ser el camino para iniciar una cierta reasignación de tareas que, por otra parte, ya se aplica de facto. Resulta mucho menos relevante que el mapa de órganos de control externo autonómicos permanezca incompleto (12 de 17), puesto que esta asimetría no es más que el reflejo de preferencias diferenciales en cada comunidad autónoma sobre sus propios órganos institucionales y auxiliares (como así ocurre, en otro ámbito, con el tamaño de los respectivos parlamentos). Junto a esa técnica de coordinación, no es menos importante la de cooperación entre órganos de control externo autonómicos (ergo, sin el TCU), formalizada desde 2015 en torno a la Asociación de Órganos de Control Externo Autonómicos (Asocex). De igual modo, las ICEX deben estar perfectamente engarzadas, entre otras organizaciones, con el Tribunal de Cuentas Europeo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), los órganos de control interno, el Ministerio (y las consejerías) de Hacienda, el Banco de España (y las entidades financieras), la Seguridad Social y las agencias tributarias. La norma que podría acoger todo lo anterior podría ser una legislación general de control externo y, cómo no, la lealtad institucional[xv].

En tercer lugar, como envolvente de todo lo anterior, la legitimación de ejercicio de las ICEX, sintetizada en informes de fiscalización técnicamente irreprochables, socialmente útiles y con la máxima calidad en cada momento[xvi]. Es la contrapartida y la mejor garantía frente al demandado refuerzo institucional de las ICEX que, además, han de extremar su ética, su buen gobierno y su transparencia ad intra y ad extra, transitando desde lo estrictamente legal a lo deseable. Mención especial merece la transformación digital de la auditoría pública, con nuevas técnicas de análisis, interacción electrónica a todos los niveles, gestión compartida y segura de bases de datos interoperables y, todo ello, sin perjuicio de las debidas garantías de confidencialidad cuando se maneje información protegida[xvii].

En suma, el aprendizaje del pasado, en particular, la experiencia de la II República, con sus luces y sombras, debe conducir al sistema de control externo a reforzar su músculo normativo, territorial y técnico. Los parlamentos autonómicos y las Cortes Generales tienen un papel ineludible y muy destacado en esta tarea, comenzada en 1978 y quizás necesitada de un cierto revulsivo cuando han transcurrido cuatro décadas de funcionamiento, sobre todo antes unos tiempos llenos de incertidumbres y desafíos en el sector público.

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NOTAS
 
[i] También en el artículo 119, pero exclusivamente sobre la censura de las cajas de amortización.

[ii] De particular interés resulta el debate político sobre el alcance la fiscalización del Tribunal de Cuentas, (Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la República Española, del 25 noviembre de 1931).

[iii] Abelló Güell, T. (2007): El debat estatutari del 1932, Barcelona, Parlament de Catalunya.

[iv] Monasterio Escudero, C. (2016): “Bajo el síndrome de la mujer de Lot: un ensayo sobre la descentralización en España”, Mediterráneo Económico, 30, pp. 23-39.

[v] Clavero Arévalo, M. (1983): España, desde el centralismo a las autonomías, Barcelona, Planeta.

[vi] El primero, la Cámara de Comptos de Navarra, se restableció formalmente el 28 de enero de 1980.

[vii] De hecho, es la primera de las normas internacionales de auditoría del sector público (ISSAI 1).

[viii] En este sentido, como en otros, la Constitución de la II República fue innovadora, reconociendo el TCR, como antes solo lo había hecho de manera homóloga la Constitución de 1812 (artículo 350), creando una contaduría mayor de cuentas.

[ix] Muñoz Álvarez, R. (2003): “Constitución y Tribunal de Cuentas: anecdotario”, Revista Española de Control Externo, 5 (15), pp. 101-111.

[x] González Rivas (2018), J. J.: “Jurisprudencia constitucional en relación con el Tribunal de Cuentas”, Revista Española de Control Externo, número especial, pp. 35-44.

[xi] Biglino Campos, P. (2016): “El control de cuentas: un contenido necesario de la reforma constitucional”, en Freixes Sanjuan, T.; Gavara de Cara, J. C. (coords.): Repensar la constitución. Ideas para una reforma de la constitución de 1978: reforma y comunicación dialógica. Parte primera, Madrid, BOE, pp. 151-172.

[xii] Durán Alba, J. F. (2008): “Vae Victis! La tramitación parlamentaria de los informes de los órganos de control externo de las cuentas públicas”, Corts / Anuario de Derecho Parlamentario, 20, pp. 67-89.

[xiii] Por supuesto, descartando propuestas extremas de supresión, por un supuesto ahorro, como planteó en 2013 el Informe CORA (Ordoki Urdazi, L., 2014: “Requiem por la Sindicatura de Cuentas de Castilla-La Mancha”, Auditoría Pública, 64, pp. 35-40).

[xiv] Actualmente, de presidentes y presidentas, sobre el sector público autonómico, sobre el sector público local y sobre la administración electrónica.

[xv] Fernández Llera, R. (2015): “Reflexiones federalistas para un nuevo modelo de control externo”, Auditoría Pública, 65, pp. 59-70.

[xvi] Fernández Llera, R. (2017): “Fines y confines de la fiscalización en el sector público”, Auditoría Pública, 70, pp. 17-26.

[xvii] Benítez Palma, E. (2020): “La transformación digital del control externo del gasto público”, Auditoría Pública, 76, pp. 19-30. 
 
 
Publicado en el blog de la Fundación Manuel Giménez Abad el 22 de diciembre de 2020. 


jueves, 17 de diciembre de 2020

Las políticas de desarrollo regional en España

 
Se acaba de publicar el 4º Informe sobre la Desigualdad en España: una perspectiva territorial, editado por la Fundacion Alternativas, con la colaboración de la Fundación 1º de Mayo y la Fundación Francisco Largo Caballero, bajo la dirección de Luis Ayala Cañón y Jesús Ruiz-Huerta Carbonell. El informe pone el foco en una cuestión tan relevante como son las conexiones entre las desigualdades personales y territoriales de la renta. La diversidad de patrones productivos, las diferentes estructuras demográficas y la distinta articulación de las políticas sociales nos invitan a pensar en la dimensión territorial como una de las claves para entender las tendencias de la desigualdad en nuestro país. Algunos de los nueve capítulos que componen el informe tratan de ofrecer un panorama general sobre la desigualdad interregional de la renta, el desarrollo regional comparado y sus principales problemas. Otros describen cómo han evolucionado la desigualdad y otros indicadores de bienestar dentro de cada territorio. Por último, se abordan el alcance y la tendencia de las desigualdades territoriales en la provisión y el acceso a las prestaciones y servicios públicos básicos de bienestar social, como la educación, la sanidad, la atención a las personas dependientes o las pensiones. Todos los temas, inevitablemente, desembocan en una reflexión sobre los posibles efectos de la pandemia de la covid-19, cuyos desiguales efectos entre territorios y dentro de ellos ya comienzan a vislumbrarse.

Encarni Murillo y yo colaboramos con el capítulo sobre Las políticas de desarrollo regional en España. Nuestro punto de partida es el análisis de las políticas y actuaciones de desarrollo regional y reequilibrio territorial, tomando como base las disparidades de renta y riqueza entre las comunidades autónomas. Revisamos con detalle los instrumentos de la política regional en España, prestando especial atención a los fondos procedentes de la Unión Europea y al instrumento básico de solidaridad regional de carácter nacional, como es el Fondo de Compensación Interterritorial (FCI). La contribución de las ayudas europeas al crecimiento económico y al empleo de las regiones españolas ha sido positiva y significativa durante las últimas décadas, pero persisten las diferencias entre regiones, que hacen necesarias nuevas líneas de actuación, entre las que habrá que incluir una parte de los recursos procedentes del plan de reconstrucción europeo. Esa necesidad de cambio viene impuesta también por los nuevos retos, como los objetivos de la Agenda 2030, la crisis de la covid-19, la nueva política de cohesión para el periodo 2021-2027 y la necesaria prioridad de la transformación digital y ecológica y del desarrollo del pilar social. Respecto al FCI, su pérdida de peso específico a lo largo de los últimos años está limitando sensiblemente su capacidad como instrumento de solidaridad territorial. En esa dirección, proponemos posibles modelos de crecimiento del FCI como instrumento de apoyo al desarrollo regional y como vía para un mayor compromiso de las comunidades forales con dicho desarrollo.

Aquí tenéis el INFORME COMPLETO en pdf y aquí la PRESENTACIÓN en vídeo.


jueves, 10 de diciembre de 2020

¿Qué ha hecho la informática por nosotros?

Os enlazo un breve vídeo para las jornadas de Impulso TIC 2020, organizadas por los colegios oficiales de Ingenieros, Graduados e Ingenieros Técnicos en Informática del Principado de Asturias, con motivo del Día Mundial de la Informática.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

La armonización entre Ortega y Madrid


Ortega y Gasset
publicó una serie de breves ensayos en el periódico 'El Sol' entre noviembre de 1927 y febrero de 1928, cuyo denominador común era abordar "los problemas públicos españoles", incluido el modelo territorial, desde la pedagogía política. Las fechas son cruciales, en plena dictadura de Primo de Rivera, hasta el punto de que el autor confesaría poco después que algunas de sus reflexiones y propuestas estaban insinuadas "entre los barrotes rojos que eran los lápices de los censores". En marzo de 1931, ya en vísperas de la II República, esos trabajos se editaron conjuntamente en un libro titulado 'La redención de las provincias'.

Se trae aquí al humanista con motivo del debate político que se está dando a finales de 2020 sobre la armonización fiscal en los tributos cedidos a las comunidades autónomas. Una demanda casi unánime desde la esfera técnica, de la que sirven de muestra los informes de sendas comisiones de expertos para la reforma del sistema tributario (febrero de 2014) y para la revisión del modelo de financiación autonómica (julio de 2017). Bastaría remitirse a ambos, aunque las opiniones concurrentes -académicas, gestoras, profesionales, periodísticas y, también, políticas- serían innumerables.

Sin entrar a discutir sobre la calificación de la Comunidad de Madrid como "paraíso fiscal" (por cierto: en la Unión Europea los hay de facto a nivel de Estados miembros), ni la contraparte de "infierno tributario" que algunos aplican a otros territorios españoles, digamos únicamente que ambas son obvias exageraciones, sin perjuicio de que en el fondo del vaso siempre haya un poco de agua. Hagamos en su lugar algo mucho más fácil. Leamos a Ortega y Gasset en su artículo "La Constitución y la nación", perteneciente a la referida serie, fechada -hay que insistir en ello- hace casi un siglo.

En torno a la capitalidad de Madrid, el filósofo describía su "vecindario", compuesto por las siguientes clases de ciudadanos:

"1ª. El rey, símbolo del Estado. 2ª. Los palatinos y sus familias y allegados, servidores de ese símbolo. 3ª. Los gobernantes de la hora, los supervivientes y los aspirantes. 4ª. Los parlamentarios o los que en otro régimen hagan sus veces. 5ª. La gigantesca burocracia inmediata del Estado civil y militar. 6.ª Los grandes bancos y las representaciones de todas las grandes industrias del país, que velan por la relación de estas con el Estado. 7ª. Los pretendientes a cuantas cosas dependen del Estado. 8ª. La gran prensa, de carácter principalmente político. 9ª. Las instituciones científicas -academias, Universidad, etcétera- en número incomparablemente superior a las que residen en cualquier provincia. 10ª. Los intelectuales, en densa concentración. 11ª. Como todas estas clases tienen amplios ocios, ha de haber en la capital un número enorme de juglares -espectáculos de toda índole-, clase social que vive de proporcionar placer a las anteriores. Por esto, la capital es siempre ciudad abundante en placeres. 12ª. Lo cual atrae a una masa enorme de ricos, cuya riqueza está en las provincias. Vienen a la capital para gastar sus dineros. 13ª. Todas estas clases de vecindario, salvo, en cierto sentido, los intelectuales y los juglares, no son productoras, sino gastadoras. La capital es concentración de compradores; por eso acuden a ella en legión los comerciantes. Estos viven atentos a su clientela, que, como se ve, está compuesta principalmente de gentes de Estado o congéneres. 14ª. Un estado inferior de pequeños servidores, artesanos, obreros, etc.; en suma: la "plebe", la plebe típica y eterna de toda gran capital".

Y añadía: "el punto decisivo está en si el vecindario del resto de España es homogéneo al de Madrid, si Madrid es toda España, o si "toda España" es muy distinta de Madrid; tal vez lo contrario de Madrid".

A la vista de todo ello, concluía diciendo que la "política madrileñista" (sic) no es más que "la idea e intención de organizar el Estado español suponiendo que el tipo medio de los cuerpos electorales en toda la Península es idéntico, en lo esencial, al cuerpo electoral de Madrid". Ese "madrileñismo político" (sic) sería "la política que presume una España consistente -para los efectos políticos- en un Madrid dilatado hasta los límites de la nación", en la cual "se toma a la nación como un Madrid, se toma a Madrid como lo normal de la nación". Hoy, en jerga federalista, hablaríamos de preferencias diferenciales entre territorios (sobre opciones de gastos e ingresos públicos), pero también de metapreferencias (sobre el propio modelo de Estado). Es obvio que existen. Negarlo es necedad. Obviarlo, fuente de conflictos.

Ortega no era experto en federalismo fiscal, pero leyendo sus fenotipos de ciudadanía madrileña (sobre todo los números 6, 12 y 13), comprendemos sus preocupaciones y sus implicaciones prácticas cuando hablamos en el presente del papel de los impuestos en la financiación autonómica.

¿Alguien sigue pensando todavía que armonizar la tributación es algo poco deseable en el diverso mapa autonómico? ¿Dónde está la presunta lesión a la autonomía financiera, si lo único que se regularía sería un mínimo para toda España, eso sí, por encima de cero? Esa autonomía, no se olvide, también la tiene la Administración central, como titular de los impuestos sobre patrimonio, herencias, donaciones, transmisiones o renta, entre otros. Un reparto objetivo muy desigual de las bases imponibles exige medidas claras de coordinación, así como flujos de solidaridad y redistribución suficientes y transparentes.

Si la respuesta no está flotando en el viento, a lo mejor está leyendo a los clásicos.

Publicado en el blog De fueros y huevos de Rifde-Expansión el 2 de diciembre de 2020

 

viernes, 13 de noviembre de 2020

Un libro contable y una biblioteca de homenaje


Las epidemias, las discordias heréticas, las peregrinaciones que inevitablemente degeneran en bandolerismo, han diezmado la población.

La anterior sentencia no forma parte de una reciente noticia de prensa, ni se enmarca en las declaraciones de un responsable político, ni siquiera se ha sacado de un informe de salud pública. Sus fieles habrán reconocido ya la cita como un extracto de ‘La Biblioteca de Babel’, uno de los textos borgianos más impresionantes y más influyentes en variados aspectos del saber.

Para Borges, la Biblioteca (en mayúscula) es el universo. Todo está allí. Y ocurre así porque, con permiso de la rueda, la electricidad o internet (quizás otra gran biblioteca), este montón de cuartillas encuadernadas al que llamamos libro sigue siendo uno de los inventos más sublimes de la humanidad, en tanto que recipiente de conocimiento, transmisor de cultura, repositorio de ciencia, compendio de técnicas y, en fin, medicinal sinergia para cuerpos y mentes. Hay quien afirma que la digitalización terminará con el libro, pero mucho me temo -y me alegro- de que estos agoreros no vayan a tener razón, como tampoco el vídeo mató a la estrella de la radio.

El libro está más vivo que nunca y hasta vuelve a estar de moda, espero que no como un nuevo diseño fútil, sino como las camisas blancas, presentes en todos los armarios de mujeres y hombres, con mayor o menor empaque, pero siempre imprescindibles y básicas. No puede ser una coincidencia que en plena pandemia hayan aumentado las ventas de libros en España (quizás un “efecto refugio”, entre tanto mal) o que uno de los más despachados sea el reciente Premio Nacional de Ensayo, ‘El infinito en un junco’, donde Irene Vallejo narra la historia del libro y su significado sociosentimental. Tampoco es baladí el resurgir de ese género propio que son los “libros sobre libros”, ficcionales o no, entre los que me fascinan ‘El nombre de la rosa’ de Umberto Eco, ‘El club Dumas’ de Arturo Pérez Reverte y ‘Las confesiones de un bibliófago’ de Jorge Ordaz. Y ahora mismo, aún en mi mesita, ‘La biblioteca de Max Ventura’, el último de Leticia Sánchez Ruiz.

Me alegré mucho al ver que en este confinamiento selectivo de segunda ola las librerías en Asturias han sido declaradas oficialmente como servicio esencial. Y que las bibliotecas en la mayoría de pueblos y ciudades pueden seguir prestando libros. Entre tanto drama real, no está mal encontrar puertas a la esperanza, también en la lectura.

Debo volver en este punto a Borges, siempre presente. En concreto, al descubrimiento en Brasil, hace unos pocos años y casi de manera serendípica, del manuscrito original de ‘La biblioteca de Babel’, fechado en los años cuarenta del siglo pasado. Dicen las crónicas que el documento se halló en una carpeta mugrienta (sic), dentro de la cual estaban los nueve folios de un cuaderno de contabilidad, con múltiples tachones y enmiendas. El sabio argentino apreciaba la corrección sucesiva de versiones y galeradas. No en vano, decía, “el concepto de texto definitivo no corresponde sino a la religión o al cansancio”.

Hay muchas bibliotecas y todas están muy cerca, tomando prestado aquí el conocido lema turístico. Pueden ser monumentales o modestas; populares o especializadas; personales o institucionales; públicas o privadas; itinerantes o estables; de barrio o de pueblo; escolares o universitarias; y -en falsa hipérbole- casi todas ellas custodiadas o estudiadas por Ramón Rodríguez Álvarez en algún momento.

La biblioteca de la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias es, por definición, un lugar de estudio y de apoyo al trabajo de fiscalización, integrado en su mayoría por valiosas publicaciones técnicas sobre auditoría, contabilidad, economía o derecho público, algunas descatalogadas o de muy difícil adquisición. Pues bien, desde ahora este espacio llevará el nombre de Avelino Viejo Fernández, quien fuera primer síndico mayor y, sin duda, su gran impulsor durante catorce años, incluidas variadas y generosas donaciones personales. Coincide este reconocimiento con su reciente jubilación laboral, tras más de cuarenta años de ejemplar servicio público, pero sobre todo es un homenaje que le devuelve una parte de su demostrada pasión por los libros. Si ‘La biblioteca de Babel’ es inconmensurable, la biblioteca de la Sindicatura de Cuentas es mucho más sobria, pero ambas comparten el hecho de haber nacido al calor de un libro (de contabilidad).

El control de los fondos públicos es fundamental en todo momento, no solo cuando atravesamos una crisis o, como ahora, una pandemia mundial de gravísimas consecuencias para nuestra salud y nuestra economía. La fiscalización debe ayudar a la gestión con sus conclusiones, opiniones y recomendaciones. A la inversa, la gestión debe colaborar con el órgano de control externo desde el pleno respeto a la ética, la legalidad, la transparencia y la eficiencia. La utilidad mutua es la clave. Como la de un libro. 
 
 
Publicado en El Comercio el 13 de noviembre de 2020



sábado, 23 de mayo de 2020

Control externo y estabilidad presupuestaria: buscando el valor añadido


Acabo de publicar en El Consultor (número extra 1, 2020) un artículo que lleva el título de esta entrada. Me ocupo de analizar el papel de las instituciones de control externo (ICEX) con relación a otro tipo de controles en materia de estabilidad presupuestaria. Repaso algunas reformas normativas recientes, en las que el denominador común ha sido la postergación de las ICEX. También planteo tres vías concretas de mejora para generar valor añadido en la fiscalización de la estabilidad presupuestaria, en torno a una mejor rendición de cuentas y colaboración, una certera supervisión del control interno por el control externo, y otros aspectos específicos sobre procedimientos de estabilidad presupuestaria, sostenibilidad financiera y transparencia.

El monográfico ha sido coordinado por Beatriz Moreno Serrano y cuenta con magníficos trabajos de grandes profesionales. Aquí está el índice general:

PRESENTACIÓN
Aprendiendo a movernos en un nuevo escenario fiscal

CUESTIONES PRÁCTICAS
Cuestiones prácticas sobre las reglas fiscales

INFOGRAFÍAS
Las reglas fiscales. Montserrat CARPIO CARRO

ENDEUDAMIENTO
Endeudamiento a largo plazo en las Entidades Locales. Manuel PONS REBOLLO
De las operaciones de tesorería a un exceso de liquidez. Beatriz MORENO SERRANO
Principio de prudencia financiera. José Manuel FARFÁN PÉREZ

ESTABILIDAD PRESUPUESTARIA
Verificación del objetivo de estabilidad presupuestaria en el ámbito de las Entidades locales. Raquel LOSADA MUÑOZ
La deuda pública objeto de amortización con cargo al superávit presupuestario: supuestos de amortización anticipada. Eva DONOSO ATIENZA
Inversiones financieramente sostenibles como posible destino del superávit de las Entidades Locales: algunas cuestiones relevantes. Gabriel HURTADO LÓPEZ
Comentario sobre el uso del remanente de tesorería para financiar modificaciones presupuestarias en las Entidades Locales. Emma RAMOS CARVAJAL
Inversiones financieramente sostenibles. Maria del Carmen MIRALLES HUETE
Adecuación en el ámbito local de la presupuestación y ejecución al cumplimiento de las reglas fiscales. Principales debates. María Concepción LÓPEZ ARIAS

REGLA DE GASTO
Aplicación de la regla del gasto en las Entidades Locales. Manuel PONS REBOLLO
Breves notas acerca de la regla de gasto. Comparativa en el entorno europeo, encaje en la ciencia económica y alternativas generales de flexibilización. José Carlos COBOS GODOY
Ajustes para calcular la estabilidad presupuestaria y la regla de gasto en términos SEC. Fernando AGUADO BARRIALES, Elena GARRIDO ORTEGA y Emilio NAVARRO HERAS
Regla del gasto versus superávits presupuestarios. Apolonio GONZÁLEZ PINO
¿Regla del gasto o regla del gato? Jesús PÉREZ SANTAFÉ

SUPERVISIÓN
El incumplimiento de las reglas fiscales por las Corporaciones Locales españolas. José Joaquín SERRANO ORTEGA
Obligaciones de las Entidades Locales de suministro de información en el marco de la normativa de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera. Gabriel HURTADO LÓPEZ
La tutela financiera de las Entidades Locales. Especial referencia a la Comunidad Valenciana. Laura TORREGROSA MIRALLES
Las funciones de la AIReF en materia de evaluación de la estabilidad y sostenibilidad de las Entidades Locales: actuaciones realizadas y perspectivas de futuro. María Concepción LÓPEZ ARIAS
Control externo y estabilidad presupuestaria: buscando el valor añadido. Roberto FERNÁNDEZ LLERA

EN DEFENSA DE LAS ENTIDADES LOCALES
El papel de la FEMP en el cumplimiento de las reglas fiscales. Carlos PRIETO MARTÍN

NUESTRAS CONSULTAS
Reclamación a la aprobación inicial por incumplimiento del objetivo de estabilidad y de la regla del gasto
Incumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria por incorporación de remanentes
Cálculo de la regla del gasto en el caso de transferencia de competencias a sociedad municipal
Para excluir un gasto del cálculo de la regla de gasto se exige únicamente que este financiado con fondos finalista, no se exige que se esté reconocido el derecho de la subvención
Los planes económico-financieros deben cumplirse en los dos ejercicios de duración
Uso del superávit y remanente de tesorería para modificar créditos
La regla de gasto afecta a la gestión del Patrimonio Municipal del Suelo
Las inversiones financieramente sostenibles sí computan para el cálculo de la estabilidad presupuestaria
El art. 32 LOEPSF debe interpretarse conforme a la disposición adicional sexta de la misma Ley

SU AYUNTAMIENTO AL DÍA
Destino superávit presupuestario 2018
Endeudamiento Entidades Locales a largo plazo (2019)

CALCULADORAS EL CONSULTOR HACIENDAS LOCALES
Cálculo del cumplimiento del principio de estabilidad presupuestaria (en presupuesto inicial y liquidación)
Ajustes al principio de caja en materia de ingresos (liquidación del presupuesto)
Cálculo del principio de la regla de gasto en liquidación del presupuesto

EXPEDIENTES EL CONSULTOR HACIENDAS LOCALES
Expedientes El Consultor Haciendas Locales: gestión económico-financiera y presupuestaria

DOCUMENTOS OFICIALES
Guías, notas e informes oficiales

 

lunes, 20 de abril de 2020

Un año de síndico mayor en pleno confinamiento

Entrevista de Ana Moriyón, publicada en El Comercio el 20 de abril de 2020


Roberto Fernández Llera (Avilés, 1978) cumple su primer año como síndico mayor en pleno estado de alarma, lo que ha obligado al equipo que dirige a adaptarse a las nuevas circunstancias y trabajar desde sus propias casas. Todo un reto que, entiende, se está superando «con buenos resultados» teniendo en cuenta, además, que en estos momentos lo prioritario es la salud. 

–¿En qué medida puede afectar esta crisis a la labor fiscalizadora de la Sindicatura?–Mientras dure el estado de alarma, todos los plazos administrativos están suspendidos, y los diferentes plazos de alegaciones de los procedimientos fiscalizadores están aplazados. Aunque eso no quiere decir que vayan a desaparecer las obligaciones de rendición de cuentas, si bien debido a esta situación excepcional podría haber mayor flexibilidad en los plazos y en nuestros informes se tendrán en cuenta las circunstancias actuales. 

–Después de la crisis de 2008 la sociedad intensificó su nivel de exigencia sobre el control de los fondos públicos. ¿Qué cree que ocurrirá ahora?–No tengo bola de cristal, pero lo que está claro es que esta crisis no tiene nada que ver con la anterior. Ahora está originada por una pandemia global y tanto más profunda será cuanto más dure el periodo de confinamiento. Es una crisis de la que se puede salir, confío en que saldremos, pero tenemos que estar unidos. Se requerirá una mayor coordinación política, fiscal y monetaria en el ámbito europeo y, obviamente, habrá que seguir ejerciendo el control de los fondos públicos.

–En un momento de emergencia sanitaria como el que vivimos ahora, ¿los controles en cuanto a los procedimientos de contratación que se exigen al sector público deben relajarse?–Durante el periodo de emergencia la ley contempla facilidades en la contratación para cuestiones relacionadas con la atención sanitaria y esto significa procesos más ágiles. Pero, pasada la emergencia, lógicamente la ley de contratos deberá operar en toda su dimensión. 

–Los autónomos se quejan del exceso de burocracia incluso para solicitar ayudas. ¿Deben evitarse este tipo de trabas en momentos como estos?–La burocracia en el sentido peyorativo del término nunca es deseable. Todo lo que en estos momentos pueda facilitar la Administración a la actividad económica será positivo, pero estamos en la dicotomía de facilitar la vida a las empresas y a las personas y, a la vez, garantizar un total control de los recursos públicos. 

–En uno de los últimos informes de la Sindicatura se cuestionó el «control»de las subvenciones nominativas por parte del Principado. ¿Qué se está haciendo mal?–Las subvenciones nominativas están previstas en la ley y es un mecanismo legítimo y legal. Sin embargo, hacemos una llamada de atención sobre la concesión de subvenciones nominativas durante las prórrogas presupuestarias porque entendemos que no tiene sentido prorrogarlas automáticamente, que es lo que ha hecho el Principado, sino que deberían ser objeto de un análisis más concreto.

–Otra de las últimas recomendaciones del órgano ha sido la de actualizar la ley electoral autonómica para adaptar el sistema de control a las campañas actuales. ¿La publicidad en redes sociales o la financiación mediante 'crowdfunding' podrían estar escapándose de los sistemas de control actuales?–El informe realizado sobre la contabilidad electoral de los partidos en los últimos comicios autonómicos es casi limpio, porque todos cumplieron los límites de gasto que establece la ley. Lo único que hace la Sindicatura es recomendar una actualización de la ley electoral autonómica, que data de 1986, cuando estas modalidades ni siquiera se imaginaban. No obstante, la Sindicatura ya contempla este tipo de cuestiones, por lo que el control está garantizado. 

–El Principado está preparando una ley para unificar los criterios de contabilidad del sector público, pero descarta reducir aún más el número de unidades que lo componen. ¿Esta decisión es acertada?–La Sindicatura no puede ni debe opinar sobre la reestructuración del sector público porque es una decisión estrictamente política. Lo que nos importa y venimos recomendando desde hace años es que se modifique la ley de Hacienda para que contemple una mejor estructura de las normas contables de todo el sector público. Nos consta que se prevé sacar adelante este año y esperamos que se cumpla esa previsión. 

–Hay doce ayuntamientos, según recoge la web de la Sindicatura, que están pendientes de presentar las cuentas de 2018 o incluso de años anteriores. ¿Cuál es el motivo?–La rendición de cuentas es una obligación legal, no es una recomendación. Quien no rinde cuentas está incumpliendo su deber. A veces se debe a que no tienen cubiertos los puestos de trabajo esenciales para ello o a otro tipo de problemas, pero, en otros casos, no encontramos ninguna explicación más allá del mero incumplimiento de la ley.

–Llama la atención el caso de Villayón, con cuatro ejercicios sin presentar. ¿Tiene este ayuntamiento una buena excusa?–No la encontramos. Pero este tipo de casos los tenemos muy presentes y sobre ellos adoptamos medidas que van desde la propia publicación del incumplimiento, a la elaboración de informes específicos, como el que se prevé realizar este año no solo con el caso de Villayón, sino también de Lena y de Santo Adriano. Y nuestra ley contempla también la posibilidad de aplicar la imposición de multas. 

–¿Barajan esa posibilidad a corto plazo?–No las hemos aplicado hasta ahora, aunque eso no quiere decir que no se vayan a aplicar. Pero es cierto que, en la situación actual, no está en nuestra planificación poner multas.


domingo, 12 de abril de 2020

Dos recuerdos y un aniversario de cuentas

Foto: Junta General del Principado de Asturias

Poco tienen que ver una huelga y una crisis sanitaria, aunque la impresión personal siempre es subjetiva y caprichosa. 

El 14 de diciembre de 1988 yo tenía diez años. Suficientes para que en mi memoria de niño se grabase a fuego la imagen de un extraño día sin clase, con calles vacías y una televisión pública fundida a negro. Muchos trienios después, el 16 de marzo de 2020, salí del edificio de la Sindicatura de Cuentas, dejando detrás una sede clausurada y triste, si es que las paredes tienen sentimientos. Aún más desolador era el panorama de una plaza desierta, sin el habitual bullicio de bares, quioscos, paseantes y coches. Solo dos días antes, el Gobierno de España había decretado el estado de alarma por una pandemia que nos obligaba a desplazar el trabajo al hogar. 

Un suceso en la lejana China nos metía de lleno en un caos que no habíamos imaginado, salvo en alguna referencia distópica de películas o novelas. Esta vez no era una mariposa aleteando sus alas, sino un virus microscópico de titánicas consecuencias. La vertiginosa extensión del contagio nos pilló a contrapié, teniendo que lamentar miles de muertes e infecciones, así como millones de víctimas de una hibernación económica que no debería ser duradera, pero que sí será profunda, justo cuando dábamos por amortizada la crisis que había empezado en 2008. 

Aquella huelga general paró “hasta los relojes”, como resumía algún responsable sindical. El coronavirus también ha frenado el país y el mundo, conduciéndonos a un desconocido confinamiento casero, tras el cual ya nada será igual en el trabajo, la política, los negocios, los usos sociales, ni siquiera en nuestra vida personal y familiar más íntima. El futuro no es lo que era, pero podemos contribuir a que sea algo mejor. Si “tres cosas hay en la vida”, nos hemos dado cuenta de cuál es la primera para la persona y la sociedad, sin recurrir a la retórica posterior a un sorteo de Navidad, sino esta vez con dolor. 

Escribiendo estos pensamientos, evoco la Ítaca de Kavafis y el camino como felicidad. Quizás habíamos alcanzado cierto punto de estabilidad y bienestar, pero no teníamos esa conciencia, por supuesto, con los infinitos matices que procedan. Pero, insisto, toca mirar hacia delante. 

En la Sindicatura de Cuentas estamos de aniversario, aunque es obvio que no de celebración. Los actuales síndicos y el síndico mayor completamos un año desde nuestra toma de posesión, al tiempo que la institución cumple tres lustros. Nos han acechado dificultades –digamos- normales y las derivadas de cibervirus y coronavirus, dos “enemigos invisibles” de este tiempo, tomando prestado el título del historiador económico Cipolla. Con todo, doce intensos meses superados con éxito, gracias a la unión y al desempeño de un personal técnico de altísima cualificación y valía profesional. 

Hemos tratado de innovar la tradición, lo que supone un reconocimiento expreso del trabajo anterior, encabezado por el primer síndico mayor, Avelino Viejo Fernández, pero también una palanca para que la inercia no sea la única fuerza motriz del futuro

Puede parecer una frivolidad hablar del control externo de los fondos públicos con lo que tenemos ahí fuera, sobre todo en la sanidad. Pero creo sinceramente que no lo es tanto si enmarcamos nuestro trabajo dentro de un sector público que debe ser eficaz (es decir, resolutivo), transparente, eficiente y económico, aunque en este momento –por pura lógica y urgencia- estemos priorizando lo primero. El sector público –local, autonómico, estatal, europeo- es un agente económico esencial, junto con las familias, las empresas y el tercer sector. Lo es siempre, pero aún más en instantes de zozobra como los actuales. El sector público es barco en la mar y salvavidas en la marejada. Por eso tiene que estar arranchado en toda circunstancia, por nuestro propio bienestar individual y social. Y aquí entra la Sindicatura de Cuentas. 

En el último año hemos aprobado doce informes definitivos, acercando más que nunca la fiscalización a la gestión realizada, para maximizar su valor. También hemos abordado temas novedosos sobre actuaciones medioambientales municipales, sistemas de contratación centralizada o transporte escolar, entre otros. 

En el programa anual para 2020 hemos dado un irreversible paso hacia la fiscalización operativa, incluyendo el salario social, la educación especial, las escuelas de 0 a 3 años, la inspección de vehículos o la administración electrónica, sin descuidar otros temas más transitados. Cuando se planifica es obligado priorizar, partiendo del volumen de recursos públicos a fiscalizar (técnicamente, su importancia relativa), de las específicas áreas de riesgo y de las propias disponibilidades del órgano. Por último, no podemos soslayar los desafíos que nos rodean, condensados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. 

De igual modo, seguimos consolidando la Sindicatura de Cuentas en el entramado institucional del Principado de Asturias y dentro del sistema de control externo español, integrado por los doce órganos autonómicos y el Tribunal de Cuentas. 

Vuelvo a los recuerdos. A los que tendremos cuando todo pase–que pasará, seguro- y podamos rememorar con media sonrisa la serie que estábamos viendo o el libro que leíamos. Y nos acordaremos también de que el sector público en 2020 se estaba transformando en tiempo récord. Nos daremos cuenta de que habíamos empezado a rediseñar unos servicios sostenibles y de calidad; un sistema fiscal sólido, equitativo y armonizado; un control financiero más intenso y extenso; una contratación pública responsable; una financiación autonómica objetiva; una Unión Europea solidaria y reforzada; una transición ecológica eficaz y justa; o una administración digital que había dejado de ser opción para convertirse en palmaria necesidad. 

En lo que atañe a la Sindicatura de Cuentas, reitero lo que en 2015 proclamamos con solemnidad en nuestros encuentros técnicos: “si importante es fiscalizar, no hay que olvidar que se hace para mejorar la gestión pública y la calidad de vida de las personas”. Así sea. 


Publicado en El Comercio el 12 de abril de 2020, primer aniversario como síndico mayor, en pleno estado de alarma en toda España por el coronavirus



lunes, 6 de abril de 2020

Balance local de 2019 (año 1 antes del coronavirus)


En pleno estado de alarma en toda España, acaba de ver la luz el número 167-168 de la revista Economistas, editada por el Colegio de Economistas de Madrid. En el monográfico se hace un balance de la economía española en 2019, incluyendo análisis generales y sectoriales. Aquí está el documento completo

Mi artículo se titula “El sector público local ante la tercera década del siglo XXI”. Explico brevemente que el sector público local termina 2019 y comienza la tercera década del siglo XXI con numerosos desafíos por delante, tanto generales como particulares. Entre los primeros, su contribución al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, junto a los demás niveles de gobierno y a la propia sociedad civil. Entre los específicos, sigue ocupando un lugar destacado la reforma de su sistema de financiación que, quizás, podría ser enmarcado dentro de una reforma más general de sus funciones y competencias. En el trabajo repaso las principales cifras de ingresos, gastos y endeudamiento, denotando una adecuada situación agregada de las entidades locales. 

Y después llegó el coronavirus. Pero esa es otra historia.


lunes, 30 de marzo de 2020

Buen gobierno local y rendición de cuentas en España


Acabo de publicar un artículo con el título el de esta entrada en el número 19 de Retos / Revista de Ciencias de la Administración y Economía. El texto completo de mi trabajo está en abierto, tanto en español como en inglés. Este es el resumen:
La rendición de cuentas es una de las exigencias fundamentales dentro de los parámetros generales del buen gobierno y de la transparencia. El sector público local en España ofrece un caso de estudio especialmente interesante, por la amplitud de la muestra a analizar y por los cambios normativos de los últimos años. Para ello, se examina el buen gobierno en la normativa española, con especial atención al sector público local y al grado efectivo de cumplimiento del deber de rendición de cuentas ante las instituciones de control externo. La metodología empleada combina la técnica jurídica y politológica con el análisis de los principales indicadores del ciclo presupuestario. La principal conclusión señala el bajo grado de cumplimiento de las obligaciones legales en los municipios españoles. Las causas son múltiples y variadas, algunas de las cuales está tratando de combatir la reciente legislación de transparencia y buen gobierno, tanto estatal como autonómica. En el sector público local se precisa una mayor claridad en las normas y procedimientos internos que permitan cumplir con mayor eficacia las exigencias legales, adaptándose en particular al tamaño de cada administración concernida, dada la atomización municipal. La difusión y la comunicación de los resultados es otra variable fundamental para impulsar el cumplimiento de estas obligaciones. En última instancia, antes graves y reiterados incumplimientos, podrían ser eficaces las medidas coercitivas y las sanciones.

martes, 25 de febrero de 2020

Relatos de la preautonomía asturiana

http://ridea.org/catalogo/catalogo/item/relatos-l-p

El libro que coordiné sobre la preautonomía asturiana (14 euros), editado por el Ridea, es la culminación del ciclo de conferencias celebrado a finales de 2018 y supone para mí una enorme satisfacción personal y académica. Os dejo mi tribuna de opinión en La Voz de Asturias, a modo de síntesis final. También un dossier de prensa de las presentaciones públicas a principios de 2020 en Oviedo, Avilés y Gijón, la primera de ellas con los presidentes del Principado y de la Junta General, Adrián Barbón y Marcelino Marcos Líndez, respectivamente.


Audacia preautonómica en Asturias

En 2018 se cumplieron cuatro décadas del establecimiento del régimen preautonómico de Asturias. Fue uno de los primeros, siguiendo el diseño que se había inaugurado con el restablecimiento de la Generalitat de Cataluña en 1977. Un proceso “federalizante” –aunque nadie mentaba la palabra- que a la postre sería asumido por la inmensa mayoría.

Como señaló el ministro Clavero Arévalo, “esperar a la Constitución parecía lo ideal, pero la política, especialmente en los momentos de transición, no es pura racionalidad, y de haberse tomado dicha decisión, se hubiera puesto en peligro el camino hacia la democracia”. Ahí se sirvió el conocido “café para todos” y por eso en España el principio democrático ha quedado desde entonces ligado al principio de autonomía. Cuando en los míticos recitales se cantaba aquello de “libertad, amnistía y Estatuto de Autonomía” era por algo.

El 20 de julio de 1977, los diez diputados y los cuatros senadores electos por Asturias a las Cortes Generales se organizaron como Asamblea de Parlamentarios Asturianos, con una firme voluntad de derribar obstáculos en ese camino. Dicho y hecho. El Gobierno de España aprobó en septiembre de 1978 el real decreto-ley que instituía el Consejo Regional de Asturias, con un preámbulo que ensalzaba “la aspiración común” de autonomía de “una provincia con entidad regional histórica”.

Aquel órgano preautonómico se constituyó el 10 de noviembre de 1978, con el socialista Rafael Fernández Álvarez como presidente, el centrista Luis Vega Escandón como vicepresidente y el también socialista Francisco Prendes Quirós como secretario. Al día siguiente el Pleno se reúne en Cangas de Onís, por su carácter simbólico como primera capital del Reino de Asturias. Un año después ya se reciben las primeras –y austeras- competencias, en materias como urbanismo, agricultura, ferias, turismo, transportes, administración local o cultura. El presupuesto para 1979 ascendía a 150 millones de pesetas de la época que, actualizados, hoy supondrían menos de 6 millones de euros. Sin duda, la audacia era muy superior al dinero disponible.

Todo aconteció rápido, a pesar del contexto de crisis energética e industrial (algo que nos sigue resonando a plena actualidad). Por eso, es casi obligado reivindicar con fuerza los beneficios compensadores que tuvo el consenso, frente a la sutil tentación de atender otras particularidades o, simplemente, dejarse llevar y no complicarse la existencia. Si vivir es tomar decisiones, y gobernar es elegir, no es menos cierto que a veces se pueden hacer incluso dos cosas a la vez. En la preautonomía asturiana se hicieron varias, y bastante bien.

Ortega y Gasset dijo en 1915 que “los asturianos se sienten región, pero no se saben región”. Y lo corroboró décadas después con amargura el presidente Rafael Fernández: “nuestro regionalismo es claro cuando estamos fuera de nuestra tierra; dentro, la cosa ya es de un localismo feroz”. Hagamos un esfuerzo por demostrar que esto no debe ser cierto.

La existencia del Consejo Regional de Asturias fue efímera, pero imprescindible para la ulterior aprobación del Estatuto de Autonomía del Principado de Asturias, en diciembre de 1981. Sería el quinto en el orden, solo por detrás de los estatutos de País Vasco, Cataluña, Galicia y Andalucía. Discurrió por el procedimiento ordinario del artículo 143 de la Constitución, no sin debate previo sobre esta cuestión, aunque al final sería el primero de esa vía lenta. La preautonomía asturiana, en palabras del presidente Pedro de Silva, no se basó en agravios comparativos, ni en la invención de identidades, por otra parte, sobradas de historia y tradición. Antes bien, el hecho diferencial –si se puede decir así- fue la preocupación por un autogobierno efectivo, sobre todo en lo económico, que contribuyese a encarar los problemas estructurales que preocupaban a la ciudadanía. La misma visión tenía el Gobierno de España –retomando a Clavero Arévalo- cuando aludía a la “nueva significación del espacio territorial como escenario de la planificación y gestión de los servicios públicos”. Un regionalismo –o federalismo- que aboga por hacer compatibles las particularidades y el interés común, descartando así la uniformidad.

Aquellos protagonistas diseñaron las reglas de juego mientras comenzaban la partida. Nada fue regalado ni otorgado, sino más bien ganado a pulso por un pueblo que se lo merecía.

Para Asturias, las cuatro décadas siguientes fueron de esplendor democrático, afirmación autonomista en España y Europa, y radical transformación económica, social y territorial. A finales de 2021 se cumplirán cuarenta años del Estatuto de Autonomía, quizás en pleno proceso de reforma, o no, pero en todo caso, en tiempo propicio para la evaluación y la reflexión de futuro.
Alfonso Camín, el Poeta de Asturias, escribió sobre “la Asturias de los valles que mueven los molinos, la que por mar y tierra se sabe abrir caminos”. Un loable objetivo.
Publicado en La Voz de Asturias el 25 de febrero de 2020

DOSSIER DE PRENSA
Uvieú

https://www.europapress.es/asturianu/noticia-barbon-destaca-beneficios-autogobiernu-aboga-pol-consensu-ente-otra-etapa-tresformaciones-20200115204202.html

https://www.europapress.es/asturias/noticia-barbon-destaca-beneficios-autogobierno-aboga-consenso-otra-etapa-transformaciones-20200115201854.html

https://www.lne.es/asturias/2020/01/16/barbon-reivindica-audacia-transicion-vencer/2584631.html

https://www.elcomercio.es/politica/barbon-reivindica-consenso-20200116002412-ntvo.html

Avilés

https://www.elcomercio.es/aviles/historia-preautonomia-exito-20200130002642-ntvo.html

Xixón

http://asturies.com/noticies/fernandez-llera-y-sanchez-vicente-lleven-a-xixon-el-llibru-de-rellatos-sobre-la

https://www.europapress.es/asturias/noticia-ccai-acoge-miercoles-presentacion-libro-relatos-preautonomia-20200216122037.html

https://www.europapress.es/asturias/noticia-sanchez-vicente-fernandez-llera-presentan-miercoles-gijon-libro-relatos-preautonomia-20200218193327.html

https://www.lne.es/gijon/2020/02/19/libro-recoge-conclusiones-charlas-preautonomia/2600973.html

https://www.elcomercio.es/culturas/libros/presentan-relatos-preautonomia-20200220001411-ntvo.html

https://www.lne.es/asturias/2020/02/20/presentado-libro-relatos-preautonomia-asturiana/2601312.html