jueves, 28 de julio de 2011

Ernest Lluch en la Universidad de Oviedo


El 21 de noviembre del año 2000, en Barcelona, los asesinos de la ETA mataban a Ernest Lluch, uno de los grandes luchadores por las libertades y los derechos en España. Catedrático de Historia Económica, pensador, articulista, Ministro de Sanidad y Consumo, Rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y tantas cosas más.

En aquel momento, yo estaba haciendo los cursos de Doctorado en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona y pude participar en la manifestación multitudinaria de condena a ese cobarde atentado. Todavía sigo impresionado por la avalancha de personas que nos juntamos allí, en un silencio pasmoso, bajando por el Passeig de Gràcia hasta Plaça Catalunya. En ese lugar, la periodista Gemma Nierga, gran amiga de Ernest Lluch, pronunció unas palabras que a mucha gente hizo saltar las lágrimas, empezando por ella misma.

Pero la memoria de Ernest Lluch sigue muy viva, gracias a sus obras y, también, al valioso trabajo desempeñado por la Fundación que lleva su nombre, con sede en su municipio natal de Vilassar de Mar (Barcelona).

Sólo por recordar una de las grandes contribuciones de Ernest Lluch –aunque habría muchísimas más- podríamos hablar de su decidido impulso a la Ley General de Sanidad, aprobada en 1986 y que debería ser conocida como la ‘ley Lluch’. Se trata de la norma legal que creó el sistema nacional de salud, de acceso universal y gratuito, financiado con impuestos. Un hito histórico, impulsado por el gobierno socialista presidido por Felipe González, al que pertenecía Lluch. Muchos que hoy cuestionan las artes políticas y el papel del Sector Público, deberían volver la vista hacia este tipo de iniciativas a favor de un Estado del Bienestar solidario, sostenible y de calidad, en lugar de minar día a día sus cimientos.


Hoy quiero presentar aquí el modesto pero sentido homenaje que, muy poco después de su asesinato, le brindó el Departamento de Economía de la Universidad de Oviedo a Ernest Lluch. Es justo destacar el impulso que le imprimió el profesor Joaquín Lorences, Catedrático de Fundamentos del Análisis Económico, a la sazón Director del Departamento de Economía y, en estos momentos, Vicepresidente de la Fundación Valdés Salas.

En las fotos que acompañan estas líneas se pueden ver las dos placas que recuerdan a Ernest Lluch en la Universidad de Oviedo. Vayan en su memoria y en la de tantos y tantas que lucharon y luchan por un mundo más justo desde la Academia y la Política.

Publicado en El Comercio el 28 de julio de 2011.


lunes, 25 de julio de 2011

Semanas y capitales

Bastaron un clamor unánime y un titular de prensa para que la nueva Alcaldesa de Gijón y su inexperto equipo reculasen. Cuando en Avilés nos pusimos de acuerdo para sugerir que la ciudad acogiese la Semana Negra desde 2012, enseguida desde Gijón repensaron lo dicho antes. Algunas y algunos no saben valorar lo que tienen hasta que lo pierden… o hasta que otros lo valoran como se merece.

La Semana Negra exige un trabajo ímprobo y, a mi juicio, es un ejemplo de inversión socialmente muy rentable. Produce ruido, suciedad y algún atasco de tráfico en esos días. Sí. Pero a partir de ahí, todo lo demás son beneficios: empleo, ingresos, actividad económica, cultural y festiva, imagen de ciudad y un largo etcétera. La solución pasa por criticar menos y trabajar más para corregir los defectos. En tiempos de austeridad, contar con eventos consolidados como la Semana Negra es un lujo al alcance de pocos. Podríamos hablar de lo que supone la Semana Negra para Xixón, pero también del Descenso del Sella para Les Arriondes y Ribadesella, San Mateo para Oviedo o el Antroxu y la Comida en la Calle para Avilés.

La corteza de miras y el no ver más allá de lo que el Ayuntamiento pone de subvención (con indudables retornos, no se olvide), significa que la horma de algún cargo de gobierno es más grande que el zapato de la persona que lo ocupa.

Esto me recuerda otro debate que resurge de vez en cuando. Me refiero a los llamados “costes de capitalidad”, sobre los cuales existen varios estudios. Vienen a concluir que las ciudades que son capitales (Oviedo, Santander, Barcelona, entre otras) soportan unos costes diferenciales y, por tanto, deben recibir más recursos de la caja común del Estado. Niego la mayor. Aún asumiendo que esos costes existen, también hay evidentes beneficios que casi nunca se contabilizan. Y para quien no los termine de ver, hagamos una reducción al absurdo. Si mañana Oviedo renunciase a ser la capital del Principado de Asturias, seguro que Avilés y otras villas querrían asumir de buena gana esa capitalidad. Costes incluidos.

Dios da pan a quien no tiene dientes.


Publicado en La Voz de Avilés el 19 de julio de 2011.


viernes, 22 de julio de 2011

La mejor Semana Negra

Rufo, en declaraciones a la prensa: "¡manos arriba, esto es un atraco...!"

Desde hoy, día 22 de julio, hasta el último día del mes, algunos estaremos disfrutando en Xixón de una nueva edición de la Semana Negra, la número 24. Además, este año en un recinto mejorado, mejor comunicado, más amplio y ordenado.

Las polémicas, para otros y para otras.

Por lo pronto, para estar bien informados del programa diario, la lectura obligada es el diario "semanero" A Quemarropa, donde ejerce de redactor mi amigo, el ilustrador y periodista Christian Bartsch.


miércoles, 20 de julio de 2011

La UE desde La Granda



Por segundo año consecutivo, tuve el honor de participar como ponente en los Cursos de la Granda, concretamente en el que dirigen con gran maestría Paz Andrés y Gil Carlos Rodríguez Iglesias sobre diferentes aspectos jurídicos y económicos de la Unión Europea. Vaya mi agradecimiento a Paz por esta invitación y por su afecto personal.

El acierto de los organizadores en mezclar intencionadamente ponencias jurídicas con materias económicas se demuestra en el interés que ha despertado el curso. Echo de menos esto mismo en algunos planes de estudio universitarios.

El resumen de mi intervención se puede seguir aquí y aquí. Básicamente planteé la necesidad de seguir avanzando en la Unión Económica y Monetaria, en el marco del Pacto por el Euro Plus (vaya un nombrecito cursi...), pero sobre todo en los aspectos de coordinación de las políticas fiscales. Que los trabajadores vinculen sus salarios a la productividad, sí, pero para lo bueno y para lo malo, no sólo para esto último. También reclamé, igual que mis queridas colegas Carmen Benavides y Margarita Argüelles, un mayor esfuerzo del presupuesto común de la UE, situado ahora en un insuficiente y rácano 1% del PIB. Se evitarían así algunos ineficaces "rescates" (aunque a mí me gusta más llamarlos chantajes).

Claro que, para seguir manteniendo la capacidad del gasto público para luchar contra la crisis, hacen falta más impuestos. Algo que parece tabú, pero que es tan evidente que no habría ni que recordarlo. Pero sí; hace falta. La Comisión Europea ya ha lanzado su propuesta de un impuesto sobre las transacciones financieras especulativas (una remozada "tasa Tobin" o "impuesto Robin Hood"), así como un incremento del IVA comunitario. Sin olvidar que hay que seguir avanzando en la armonización de los impuestos directos, sobre todo el Impuesto sobre Sociedades.

La Comisión Europea también ha planteado en serio la necesidad de contar con una agencia de calificación europea, para no depender de tres empresas privadas de Estados Unidos.

En plena acción. En la mesa, escuchan Carmen Benavides y Margarita Argüelles.
FOTO: Antonio Arias

 

miércoles, 13 de julio de 2011

Vergüenza y manipulación

Un titular interesado y una manipulación descarada de nuestro trabajo. Sin pensar en las consecuencias. Lo siento por los profesionales de la redacción, algunos buenos amigos, pero esa dirección terminará por llevarles al desastre.

Aquí dejo mi artículo académico, escrito junto a Eloy Morán Méndez y publicado en la Revista Asturiana de Economía. Y aquí la tergiversación que, una vez más, hace La Nueva España, "el periódico", como si acaso fuese uno nada más el que hay en Asturias. Que cada uno saque sus conclusiones y su propio titular.


De tesis en Salamanca

Hoy me tocó juzgar, como miembro del Tribunal, la tesis doctoral de Helio Saul Mileski, Conselheiro do Tribunal de Contas de Rio Grande do Sul. Una persona de trato exquisito y amplia inteligencia. Un hombre que empezó su vida como funcionario de la Institución desde el escalón más bajo y que, en vísperas de su merecida jubilación, ha ocupado todas las posiciones posibles, incluida la de Presidente.


El doctorando en plena faena. El Tribunal, muy atento

Enhorabuena al nuevo Doctor por la Universidad de Salamanca, calificado además como sobresaliente cum laude por unanimidad.

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Fuego, bomberos e impuestos en Canarias

La semana pasada tuve el honor de volver a participar como ponente en el Seminario de la Audiencia de Cuentas de Canarias, en el marco de la Universidad de Verano de Maspalomas. Alguien podrá pensar que es un curso de verano más, como hay tantos por ahí. Pues nada de eso. Es un foro consolidado, con ponentes y ponencias de alto nivel (de donde me excluyo) y un lugar de encuentro para fiscalizadores de la "cosa pública". Esta fue mi intervención.


En plena conferencia. A mi lado, Paco Socorro, Jefe del Gabinete de la
Presidencia de la Audiencia de Cuentas de Canarias y Coordinador del Seminario

Como "de bien nacidos es ser agradecidos", lo primero es dejar constancia de mi gratitud a la Audiencia de Cuentas de Canarias, en la persona de su Presidente, Rafael Medina Jáber, a quien acompaña un equipo de gente que es casi una familia, desempeñando su trabajo con eficacia, eficiencia y un trato personal de lo más amable. De Rafael quiero destacar, como ya hice allí en mi conferencia, sus acertadas palabras sobre el tema central del Seminario de este año:
Normalmente, en otros sectores económicos es de general aceptación que la mejora de la calidad exige una mayor inversión; sin embargo para el Sector Público muchas veces se propugna una menor dotación y por tanto menor gasto, exigiendo mayor calidad [...]



En este contexto, entendemos que el gran debate a realizar consistiría en definir la dimensión óptima del Sector Público, respecto del resto de lo sectores, y en relación a la extensión y calidad de la actividad del mísmo.
Yo hablé de un incendio provocado (la crisis financiera y económica internacional), cuyos estragos seguimos sufriendo y que, en el caso de España, fue además atizado con gasolina (una juerga inmobiliaria que seguimos y seguiremos pagando). Cuando el bombero (Sector Público) fue a apagar ese incendio, se tuvo que gastar mucha agua (gasto público), hasta el punto de que las reservas se agotaron (déficit y deuda) y ahora toca recargar el depósito (ajustar el presupuesto) ¿Y después qué? Pues algunos quieren cargarse al bombero o, como mínimo, dejarle sin competencias. A eso me opongo.

Yo defiendo la imprescindible tarea del bombero. Defiendo los impuestos como "el precio que pagamos por una sociedad civilizada" (Wendell Holmes dixit) y defiendo el gasto público como palanca de crecimiento, sin perjuicio de los ajustes que haya que hacer que, seguro, son muchos. Pero recortar por recortar, eso no. Este planteamiento encierra una carga de profundidad muy ideológica que podemos compartir o no, pero que no es una verdad absoluta. Opiniones las hay para todos los gustos, incluso entre Premios Nobel, como también reseñé en el Seminario.

Para más información, os remito a las bitácoras de Antonio Arias Rodríguez y Alejandro Parres García. En este enlace está mi presentación completa en PDF.
 
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