lunes, 30 de diciembre de 2013

Tecnología, innovación docente y fiscalidad para nativos digitales universitarios


Ya escribí alguna vez que un profesor nunca deja de serlo, a pesar de los pesares o de otros avatares. Por eso puedo y me permito seguir escribiendo cosas como esta, en este caso, junto a mi colega de la Universidad de Oviedo Fran Delgado

La enseñanza universitaria está inmersa en una profunda reforma para su adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), donde se homologan títulos y competencias para todo el ámbito europeo. En este contexto, la enseñanza de la fiscalidad en los Grados de Ciencias Sociales y Jurídicas, al igual que el resto de disciplinas, atraviesa una etapa de reflexión y puesta en marcha de experiencias para aumentar el papel desempeñado por el alumno en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En este trabajo se analiza la tarea desarrollada en la asignatura Sector Público Español I, dirigida a los estudiantes de último curso de Economía, nativos digitales en su mayoría, a través del aprovechamiento de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en el Campus Virtual de la Universidad de Oviedo. Esta experiencia nos servirá para afrontar la nueva etapa adaptada a Bolonia.

Artículo académico completo en PDF aquí, en la página web de la Revista de Docencia Universitaria.



lunes, 23 de diciembre de 2013

Libros y pecados

 
 
El género memorístico o autobiográfico vive unos laureles desconocidos en estos tiempos. Si uno va a una librería –ya sabéis, ese sitio donde venden libros electrónicos de papel- se encuentra con el “dilema” de Zapatero, los “recuerdos” de Solbes, el “compromiso” de Aznar, la “página” de Alfonso Guerra o las “respuestas” de Felipe González. Si descendemos al nivel de otros ex altos cargos en gobiernos, parlamentos o partidos, tenemos páginas programadas para casi un año entero (suponiendo que la lectura sea un hábito personal, pero ese es otro debate).

Este fenómeno parece una especie de catarsis colectiva, casi una plegaria compartida para el perdón de los pecados cometidos. Los autores confiesan algunos veniales, otros mortales y hasta alguno capital. Hay pecadillos de juventud y faltas más o menos graves de palabra, obra y omisión. Hay incluso quien no reconoce fallo alguno y se reafirma en todo lo hecho y dicho. Sea como fuere, el perdón lo debe administrar el votante en las elecciones o el juez en sus sentencias cuando el caso haya sido realmente oneroso. Lo que no cabe es el ‘autoperdón’, igual que un católico no puede ir al confesionario, cantar o contar sus defectos al cura y marchar de allí sin absolución ni penitencia.

Dejando de lado lo religioso y volviendo a lo estrictamente literario, me preocupa que este renacimiento de las memorias autoinculpatorias –con las excepciones ya comentadas- se limite a ser un mero negocio de venta de libros (cosa bien respetable, como es natural). Estoy seguro de que lo más jugoso no está en esos libros y que todavía está por contar. Opinaba también así una persona que, además de haber sido jefe de gobierno y jefe del Estado, sigue siendo uno de los intelectuales más sólidos que ha conocido este país y un cultivador de diarios y memorias políticas. Decía Azaña que “en España la mejor manera de guardar un secreto es escribir un libro”. Poco más que añadir.

A una ciudadanía informada en democracia no le deberían interesar tanto los cotilleos sobre tal o cual ministro –ya no digamos sobre personajillos casposos- o sobre cierto documento oficial que ni siquiera se alcanza a entender. Creo sinceramente que es mucho más importante conocer cuáles son las bases económicas que sustentan los presupuestos públicos, empezando por los de nuestro ayuntamiento. O cómo se reparten subvenciones para empresas que quieren instalarse en nuestro territorio. O cómo se negocian los beneficios fiscales de algunos privilegiados. O cuánto le cuesta al contribuyente medio cada fichaje estrella en el fútbol profesional.

Aunque, pensando en todo ello, “¿qué sabe nadie?”, como diría el dentado y navideño Raphael
 
 
Publicado en La Voz de Avilés el 23 de diciembre de 2013
  
 

 
 

domingo, 22 de diciembre de 2013

Nuevo libro sobre consolidación fiscal y territorio en España



El Instituto de Estudios Fiscales acaba de publicar un libro colectivo titulado La consolidación fiscal en España: el papel de las comunidades autónomas y los municipios (Experiencias, retos y perspectivas), cuya edición académica corre a cargo de Santiago Lago Peñas y Jorge Martínez-Vázquez.

El libro trae causa de un seminario celebrado en 2012 en Santiago de Compostela que, junto a otros anteriores que se organizaron en 2008 y 2010, han dado lugar al nacimiento de la Red de Investigadores en Financiación Autonómica y Descentralización Financiera en España (RIFDE), de la cual formo parte desde su creación.

En este libro firmo un artículo junto a los dos editores del libro, titulado "La autonomía tributaria de las CCAA y su (des)uso: Presencia de una restricción presupuestaria blanda", reseñado aquí por Luis Pousa. El índice completo del libro es el siguiente:


  • LA CONSOLIDACIÓN FISCAL EN ESPAÑA: UNA TAREA COMPARTIDA, por Santiago Lago Peñas y Jorge Martínez-Vázquez
  • ALGUNAS REFLEXIONES ENTORNO AL GASTO AUTONÓMICO. ¿HAN GASTADO DEMASIADO LAS COMUNIDADES AUTONÓMAS?, por Nuria Bosch
  • NECESIDADES, CRISIS Y ENDEUDAMIENTO DE LAS COMUNIDADES AUTONOMAS, por Antoni Zabalza
  • EL SISTEMA SANITARIO Y DE DEPENDENCIA: SITUACIÓN Y PERSPECTIVAS, por Guillem López Casasnovas
  • LA AUTONOMÍA TRIBUTARIA DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS Y SU (DES)USO: PRESENCIA DE UNA RESTRICCIÓN PRESUPUESTARIA BLANDA, por Roberto Fernández Llera, Santiago Lago Peñas y Jorge Martínez-Vázquez
  • CONSOLIDACIÓN FISCAL Y REFORMA TRIBUTARIA: NUEVAS OPCIONES PARA ESPAÑA, por Xosé Carlos Álvarez, Alberto Gago, Xosé Manuel González, Xavier Labandeira, Fidel Picos y Miguel Rodríguez
  • DETERMINANTES DE LAS DIFERENCIAS ENTRE CC.AA EN LA EVOLUCIÓN DEL DÉFICIT Y EL NIVEL DE ENDEUDAMIENTO, por Francisco Pérez y Vicent Cucarella
  • LA NUEVA NORMATIVA DE ESTABILIDAD PRESUPUESTARIA Y SOSTENIBILIDAD FINANCIERA Y LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS, por Xoaquín Fernández Leiceaga
  • DESCENTRALIZACIÓN Y COORDINACIÓN: ¿CÓMO SE PUEDE HACER UN SEGUIMIENTO DE LA DEUDA SUBNACIONAL MÁS EFICIENTE?, por Pablo Hernández de Cos y Javier J. Pérez
  • FINANZAS LOCALES, CRISIS Y AJUSTE: ANÁLISIS Y PROPUESTAS, por José Manuel Cordero Ferrera, Francisco Pedraja Chaparro y Javier Suárez Pandiello

En este enlace de la bitácora de Santiago Lago Peñas se puede leer íntegra la introducción del libro.

En este otro enlace hay una completa reseña del libro, hecha por Mundiario.








viernes, 20 de diciembre de 2013

La curva del olvido


Era viejo, tanto que las gotas de lluvia circulaban por los surcos de su cara con precisión de leucocitos en la sangre venosa. Una bolsa de plástico le cubría el pelo, se escurría por sus orejas e iba a anudarse bajo una barbilla puntiaguda que nunca se detenía, como si rumiara las palabras antes de darles aire. Pero no hablaba, se limitaba a masticar vocales y consonantes, y a mirarme a menos de un palmo de distancia con intensidad miope.

Así comienza el primer cuento de La curva del olvido, el libro que acaba de publicar la periodista asturiana Victoria Rodríguez Gil, cuya edición corre a cargo de Septem Ediciones y que ayer se presentó en Oviedo en el Club de Prensa Asturiana (reseña aquí). La sinopsis del libro es la siguiente:

La ciencia ha reducido la memoria a la fórmula R = e {− t / S}, que define la curva del olvido por la relación matemática que existe entre la intensidad de un recuerdo y el tiempo transcurrido. Para los protagonistas de este libro, las cosas no son tan simples. ¿Se puede recordar el futuro? ¿Guardamos memoria de lo que no ha ocurrido? ¿Elegimos lo que se evoca? ¿Duelen los recuerdos, aunque sean ajenos? Los diez cuentos reunidos en La curva del olvido plantean preguntas tan inquietantes como éstas, pero no todas las respuestas se diluyen en una solución de ochenta gramos de memoria por cada veinte de olvido. Las ecuaciones no ayudan a sobrevivir al pasado, aún menos al futuro. Para lograrlo es necesario, a veces, renunciar a la memoria y a la cordura. Y la salvación no siempre está garantizada.

Como la propia Victoria nos confesó en la presentación, esta autora tiene mucho material literario escrito, pero poco publicado, aunque estoy seguro que esto último ya ha empezado a cambiar desde ahora. 

Me gustó mucho la reivindicación 'victoriana' del cuento como literatura de calidad, no siempre reconocida, con su referencia personal al maestro García Márquez. También destaco la conexión que hizo explícita entre el periodismo, su profesión desde hace más de 20 años, con la literatura "agradable", esa que disfrutamos cuando la leemos y no esa otra que nos hace sufrir de manera innecesaria. Bastante tenemos ya con las noticias de cada día.

Enhorabuena Victoria y a seguir así de bien.

Victoria dedicándome el libro. FOTO: Septem Ediciones en Facebook.




jueves, 19 de diciembre de 2013

Presentación del libro en Candás

A la izquierda, Juan Luis Rodríguez-Vigil Rubio. En en el centro, Ramón Rodríguez Álvarez.

Esta vez viajamos hasta Candás para presentar nuestro libro Crisis de los ayuntamientos, crisis de la democracia, editado por el RIDEA. Como anfitrión nos acogió el alcalde de Carreño, Ángel Riego González, a quien agradezco además sus elogios a nuestro trabajo. También le doy las gracias a Melania Álvarez García por organizar este acto y por estar siempre tan preocupada por los temas de política local.

El RIDEA sigue así celebrando actos por toda Asturias, como es tu tarea y como así se ha comprometido su director, Ramón Rodríguez Álvarez.



martes, 10 de diciembre de 2013

Burbujas y chigres


Burbujas: inmobiliaria, fútbol de élite, vinaterías finolis, titulaciones universitarias y alguna otra más. Primas: de riesgo, de seguros y de la familia. Fraudes: fiscal, laboral y gubernamental. Esperanzas: un túnel con luz al final, una salida a la derecha, una alternativa a la izquierda y un pozo con fondo. Pero sobre todo, incertidumbre, por lo que intuimos que nos espera. Todo eso es la crisis.

Los chigreros “hoy no fían… y mañana tampoco”, simplemente porque no pueden. En Avilés y en muchos más sitios no se ve gente en la calle o en los bares más allá de la hora de Cenicienta. Cierran comercios, bares, oficinas, cines y talleres, pero en algunas ondas todavía se escucha que “estamos en el buen camino”. ¿Hacia dónde, si se puede saber? El desierto urbano avanza ante nuestros ojos y, peor aún, nos damos cuenta cada día. Nuestra impotencia ya no la arreglan ni presupuestos públicos ni pastillas de colores, aunque para muchas personas sea lo único que les queda. Por eso no conviene jugar con el botón o la mano de votar.

Empleo público bajo mínimos y con precariedad, aunque habrá quien todavía se alegre de esto, al menos hasta que le toque operarse o llevar a sus hijos a un colegio con un profesorado desmotivado. Del empleo en el sector privado ni hablamos. Los convenios colectivos ya no son ni una cosa ni la otra. Cada vez son más imposiciones de parte, con escaso margen de negociación para la otra.

A una oposición para 472 plazas de enfermería en Asturias se presentan 11.000 personas; para una nueva tienda sueca de mobiliario y hogar se reciben 20.000 solicitudes en 48 horas. El termómetro del paro sigue marcando temperatura de 6 millones, con más de 100.000 en Asturias. Una fiebre mortal, de momento, sin cura ni curanderos. El hecho de que baje unas décimas no alivia el dolor de cabeza de nuestra economía familiar y nacional y, peor aún, denota síntomas de desmotivación. Eso es la crisis.

Dice el Gran Wyoming que ya casi no hay diferencia entre hacer huelga o ser becario: en el primer caso, pierdes el jornal del día, pero en el segundo, simplemente no cobras por hacer tu trabajo. Hasta los botellones languidecen, no sé si por desidia, por el frío o por unas multas que ni siquiera logran compensar las horas extras que hay que pagar a la policía.

Alegrémonos. El déficit se está reduciendo (pero sube la deuda de las Administraciones Públicas), los hogares quieren ahorrar en gas (pero no lo consiguen porque sube el recibo de la energía) y la ciudadanía demanda cosas sensatas (pero algunos parlamentos y plenos municipales se las deniegan). Se quieren pactar cuestiones básicas, pero se antepone el interés particular de algunos. Las librerías se inundan de ensayos y memorias que escriben algunos sabios, pero también muchos sabiondos y charranes.

Quizás esté equivocado en todo esto o quizás es que hoy me duele el estómago. Quizás.

Publicado en La Voz de Avilés el 10 de diciembre de 2013


domingo, 8 de diciembre de 2013

Los Tribunales de Cuentas autonómicos se niegan a desaparecer

EL PAÍS
Declaraciones a El País, en respuesta al Informe CORA.

------------------------------------------

El Gobierno apela a la austeridad para intentar llevarse por delante a los órganos encargados de fiscalizar las cuentas de 13 comunidades autónomas, los mismos que han señalado irregularidades y destapado sonados casos de corrupción. Justo ahora, cuando se conoce que España ha caído 10 puestos (situándose por detrás de Brunei y Polonia), en el índice de percepción de la corrupción que elabora Transparencia Internacional. Llamados Cámaras, Sindicaturas o Tribunales de Cuentas, son el largo brazo del Tribunal de Cuentas central, uno de los puntales de la democracia. Emplean conjuntamente a casi 800 personas, la mayoría funcionarios de escalas superiores que elaboran cada año unos 300 estudios de fiscalización, según datos de 2012. Se suman, nunca se solapan, a los cerca de 40 informes que aprueba cada ejercicio el Tribunal de Cuentas con una plantilla de 789 personas.

La Comisión para la Reforma de las Administraciones (CORA), dependiente de la Vicepresidencia del Gobierno, cree que los tribunales regionales forman un mapa demasiado heterogéneo y que sus análisis pueden llegar a condicionar al Tribunal de Cuentas central, aunque este sea un órgano superior con manos libres para practicar comprobaciones de las auditorías que realizan. El argumento estrella para pedir su eliminación está en el supuesto ahorro: el gasto de los tribunales autonómicos es de 74 millones de euros. Crear secciones territoriales en el tribunal central que asumiesen sus funciones costaría, según el Gobierno, solo 28 millones más, con lo que el recorte se cifraría anualmente en 45 millones. María Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla La-Mancha, ya ha anunciado que el de su comunidad tiene los días contados. La opinión recabada por este periódico en diez de los 13 organismos autonómicos sobre esa propuesta de eliminación es casi unánime: el informe de ahorro del Gobierno parte de datos erróneos, carece de todo rigor y solo ayuda a empeorar las cosas.

“Solo los necios confunden valor y precio”, ironiza un alto funcionario del órgano de control asturiano. “La pregunta es: ¿cuánto dinero se ahorra la sociedad gracias a nuestra labor?”. La sindicatura de cuentas de Valencia, por ejemplo, llevaba más de una década alertando de la quiebra de Canal Nou; la de Cataluña fue la primera en sospechar de las irregularidades que derivaron en el caso Palau; en Baleares dedicaron informes a demostrar que el crecimiento del sector instrumental público era insostenible, lo que a la postre ha provocado duros ajustes, y así cientos de ejemplos. “Suprimirlos significa romper el triángulo de control que forman Parlamentos, Gobiernos y tribunales autonómicos. ¿A quién se le ocurre ahorrar en control cuando los ciudadanos claman contra la corrupción?” se cuestiona el síndico mayor de Cataluña, Jaume Amat i Reyero.

El presidente del Tribunal de Cuentas vasco, José Ignacio Martínez, lo resume así: “Azaña decía: en momentos de crisis un español lucha contra las instituciones, mientras que un británico se pregunta por qué no han funcionado. Hay que luchar contra ese planteamiento primario de suprimir al otro. No se trata de eliminar, sino de mejorar la confluencia de anillos de control sobre el dinero público”.

En un momento en que los ciudadanos contemplan atónitos cómo se suceden los escándalos, las auditorías públicas parecen no ser la primera prioridad para el Gobierno. “Es fácil hablar ahora de austeridad, pero no se puede plantear algo así cuando la falta de control es palmaria y manifiesta”, dice el presidente de la Cámara de Comptos de Navarra, Helio Robleda. “El 95% de los ayuntamientos no se auditan. Eliminar instituciones no parece la solución”, añade. En la misma línea se sitúa el titular de la cámara andaluza, Antonio López, que alerta del “preocupante retroceso en la transparencia”, que viaja tras la medida lanzada por el Gobierno de Rajoy. En cuanto a la austeridad, ya anticipan que el 90% de su presupuesto se destina a pagar personal y gasto corriente. “Vivimos de milagro”, ironiza Luciano Fariña, uno de los veteranos, al frente del Consello de Contas gallego.

No es ningún secreto que los Tribunales de Cuentas autonómicos llevan a cuestas su propia crisis de identidad: miles de horas de trabajo, sesudos análisis numéricos se sustancian a menudo en denuncias que no van a ninguna parte. Pese a su nombre no pueden enjuiciar, no imponen sanciones, solo informan a los parlamentos regionales y someten sus datos al órgano superior, que es el que tiene potestad para abrir un proceso de enjuiciamiento contable para forzar cambios. Sus conclusiones, por tanto, pueden ser ignoradas por completo, algo que sucede a menudo.

Trabajan con otro sambenito: el de los mecanismos de elección de sus cúpulas. La mayoría se rigen por órganos colegiados con entre tres y siete miembros designados por los Parlamentos autonómicos entre personas de reconocido prestigio y larga trayectoria profesional en auditoría. Sin embargo, en más de una ocasión las fuerzas políticas ceden a la tentación de colocar a exconsejeros de su cuerda: políticos que controlan la gestión pública de su propio partido. El tribunal central, con fama y reputación de ejercer una gran independencia, no se escapa de los reproches. En su última renovación el PP sentó en sus filas a Manuel Aznar López, hermano mayor del expresidente del Gobierno José María Aznar, y a Margarita Mariscal de Gante, exministra de Justicia.

“No hay nada más obsceno que el flujo del Ejecutivo al órgano de control y al revés. El Parlamento no ha neutralizado esa dinámica de puertas giratorias”, insiste el presidente vasco, que matiza que habla a título personal. ¿Son órganos útiles o dóciles con el poder? “Muchas de las irregularidades que acaban generando corrupción las hemos denunciado. Quizá no han tenido la respuesta debida de los Parlamentos”, analizan varios presidentes. Rafael Vicente, síndico mayor de Valencia, defiende que la independencia es su gran valor. “Somos muy técnicos, nuestra ideología la colgamos del perchero cuando llegamos al despacho”.

Los retrasos en la auditoría

El síndic major de Valencia, Rafael Vicente, cree que de nada sirve hacer públicas auditorías con años de retraso. “La virtud de la fiscalización es la inmediatez. Hacemos informes sobre la gestión de los [políticos] que ahora están en sus asientos”. Navarra y Valencia ya han aprobado la revisión de las cuentas de 2012 en sus respectivas comunidades. Otras, como Galicia o País Vasco, presentarán en 2014 la auditoría de 2011. El que acumula más retraso es el Tribunal de Cuentas central, que presentó este año los informes de fiscalización de 2009 de las comunidades autónomas que no cuentan con órganos propios (Cantabria, Extremadura, La Rioja, Ceuta y Melilla). Para explicar estos retrasos las instituciones argumentan que muchas comunidades no están obligadas a enviar los datos de la cuenta general hasta el otoño del año siguiente a la liquidación. 
 
 

jueves, 5 de diciembre de 2013

Constitución, control y descentralización



El derecho que en las repúblicas federales tienen los pueblos para establecer y recaudar las contribuciones, para fijar los gastos públicos, y para cuidar inmediatamente de la recta inversión de los fondos pecuniarios de la nación, pone un coto á las dilapidaciones, y cierra la puerta á los pretestos con que el poder ejecutivo de un gobierno unitario, como que carece de estos guardianes, puede inclinar al Congreso nacional á las gallardías y al aumento de los sacrificios. 

Este texto está escrito en 1826 por José Canga Argüelles y Villalba (no confundir con el hacendista asturiano José Canga Argüelles y Cifuentes) en sus Cartas de un americano sobre las ventajas de los gobiernos republicanos federativos (PDF completo aquí).

Hoy sería un claro alegato contra la peregrina e inviable idea de supresión de los órganos de control externo de las comunidades autonomas. En suma, un alegato contra el llamado Informe CORA. Porque de necios es confundir valor y precio, como aquí opinamos en El País