lunes, 29 de octubre de 2012

Economía y filosofía de Martha C. Nussbaum

Los Premios Príncipe de Asturias son siempre una excelente ocasión para descubrir talentos inmensos en todos los campos (excepción hecha del Premio de Deportes). Este año 2012 mi favorita ha sido, sin duda, la filósofa Martha C. Nussbaum. Sólo su discurso en la ceremonia de entrega es una joya que merece la pena leer, releer y poner en práctica en estos tiempos de crisis diversas y solapadas.


Foto: Fundación Príncipe de Asturias (www.fpa.es)


Majestad,

Altezas,

Galardonados con los Premio Príncipe de Asturias,

Distinguidas autoridades,

Señoras y Señores:

Me siento conmovida y humildemente honrada por esta distinción, que fue toda una sorpresa para mí. Les debo a todos ustedes, y a toda la gente de Asturias, mi más afectuosa gratitud por este reconocimiento. Hay algo verdaderamente sorprendente en este Premio, y a ello quiero dedicar mi breve discurso. Lo sorprendente es que estoy recibiendo el Premio de Ciencias Sociales y, sin embargo, yo provengo de las Humanidades, soy una filósofa que ha trabajado no solo en la filosofía política, sino también en la naturaleza de las emociones y de la imaginación y en el problema de la interdependencia y vulnerabilidad humanas, a menudo recurriendo a obras literarias y musicales para dilucidar estas cuestiones. No obstante, no creo que sea erróneo clasificar mis contribuciones dentro de las Ciencias Sociales.

Lo que he hecho a lo largo de los años es desarrollar (en colaboración con economistas) lo que se conoce como el enfoque del desarrollo humano, o el enfoque de las capacidades. Se trata de un enfoque que sostiene que el crecimiento económico, medido por el PIB per cápita, no es suficiente para evaluar la calidad de vida nacional ya que realmente no capta qué es lo que la gente está luchando por conseguir. El enfoque del PIB hace caso omiso a la distribución, por lo que puede dar una alta calificación a naciones que guardan alarmantes desigualdades de oportunidades. E ignora además el hecho de que una vida humana próspera tiene muchas partes que varían unas de otras independientemente, e independientemente, también, del crecimiento económico regional o nacional. Una nación puede tener un alto crecimiento sin libertad política o religiosa; pero la gente desea tener una voz sobre su vida política y moral. Una nación también puede crecer bien sin una distribución adecuada de las oportunidades de educación, de asistencia sanitaria o de la preservación básica de la integridad corporal como muestra con tanta claridad mi próspero país, con sus luchas sobre la educación y la asistencia sanitaria y su historial lamentable de violencia de género. Lo que nosotros hemos estado defendiendo, entonces, es que la medida correcta de desarrollo se focaliza en las personas, es sensible a la distribución, y es plural; refleja el hecho de que la gente no lucha por la renta nacional, lucha por una vida con sentido para ellos mismos. Al desarrollar una lista de las capacidades humanas centrales, que afirmo son los requisitos mínimos de una vida conforme a la dignidad humana, he tratado de dar cuerpo a estas ideas y de sugerir algunas metas concretas para todas las naciones.

Creo que este trabajo es sin duda una contribución a las Ciencias Sociales y a la economía del desarrollo, en particular. Con frecuencia la economía se centra de forma restringida en el crecimiento; pero en el fondo se trata de una disciplina normativa enfocada en las personas, y precisa lo que tenía en sus inicios, el input de la filosofía, para articular los objetivos de una buena sociedad que sea sensible a las personas.

La importancia que tiene la filosofía para la economía sugiere algo más, lo que constituye otro tema de mi trabajo: necesitamos una educación bien fundada en las humanidades para realizar el potencial de las sociedades que luchan por la justicia. Las humanidades nos proporcionan no solo conocimientos sobre nosotros mismos y sobre los demás, sino que nos hacen reflexionar sobre la vulnerabilidad humana y la aspiración de todo individuo a la justicia, y nos evitarían utilizar pasivamente un concepto técnico, no relacionado con la persona, para definir cuales son los objetivos de una determinada sociedad. No me parece demasiado atrevido afirmar que el florecimiento humano requiere el florecimiento de las disciplinas de humanidades. Por lo tanto, agradezco que la Fundación Príncipe de Asturias haya reconocido a las humanidades como una parte importante del pensamiento social para el futuro.


lunes, 22 de octubre de 2012

Carrera en Gijón

Llegando a meta. Foto: Rodrigo Vallina

Ayer domingo, unas 1.500 personas corrimos 10.000 m. por Xixón, en la Marca Running Series. Mi tiempo de 42:52 mejora en 1 minuto el de la carrera de mayo en Oviedo. El truco está en que aquí el circuito era completamente llano y el de Oviedo un rompepiernas. Os dejo el vídeo de la llegada.

Gracias de nuevo a Christian por su motivación. Próximo reto: media maratón en Avilés.

Diploma acreditativo


viernes, 19 de octubre de 2012

Debate en 30

Nueva temporada en Debate en 30, hablando sobre la UE, España y el rescate que no llega (si es que debe llegar).


Artículo de Luis Pousa sobre nuestro trabajo

Con respecto a la III Conferencia sobre Federalismo Fiscal y Descentralización en España, Luis Pousa escribe un artículo en El Correo Gallego referido expresamente al trabajo que firmamos Jorge Martínez-Vazquez, Santiago Lago Peñas y yo mismo.




www.elcorreogallego.es

LUIS POUSA

Autogobierno por el lado del gasto

TRAS CUATRO años de crisis profunda y una recesión económica agravada a finales de 2011 y que continuará hasta 2013, muchas comunidades autónomas están sufriendo dificultades de liquidez y solvencia y algunas se encuentran con que los mercados financieros se han cerrado para ellas, todas que las primas de riesgo que les exigen resultan insostenibles.

Esta situación de angustia financiera se ve ahora agravada por una reforma del sistema financiero español que, en la práctica, ha supuesto la desaparición de las cajas de ahorros. "Durante mucho tiempo prestamistas preferentes –sino cautivos– de los gobiernos autonómicos", según recuerdan Roberto Fernández Llera (Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias), Santiago Lago Peñas (catedrático de Economía Aplicada de la Universidade de Vigo) y Jorge Martínez-Vázquez (director del Centro Internacional de Política Pública de la Universidad Estatal de Georgia, Estados Unidos). Los tres son autores de un estudio, La autonomía tributaria de las Comunidades Autónomas y su (des) uso: presencia de una restricción presupuestaria blanda, presentado en la III Conferencia sobre federalismo y descentralización en España, celebrada en Santiago de Compostela los días 16 y 17 de octubre.

Las dificultades antes mencionadas para las comunidades autónomas se han unido "al desfase entre la fortísima caída de los ingresos tributarios y la rigidez de los gastos autonómicos; especialmente en las tres grandes competencias sociales de sanidad, educación y atención a la dependencia", señalan los autores del citado estudio.

Llera, Lago y Martínez Vázquez califican la actual situación de "emergencia", por lo que requiere "encontrar soluciones a corto plazo que permitan a muchas CCAA continuar con sus responsabilidades de prestar servicios básicos y fundamentales a la ciudadanía".

Prueba de ello es que por primera vez en la historia del Estado de las Autonomías, las comunidades se han visto obligadas a pedir "un rescate financiero explícito" a la Administración central. Lo cual no quiere decir que en el pasado no se hayan realizado "ajustes implícitos con objetivo de similar naturaleza o para solventar dificultades transitorias de tesorería. La novedad estriba en que nunca estas ayudas estatales habían sido tan evidentes, ni tan cuantiosas, ni tan generalizadas".

Los autores consideran cuestión importante entender mejor cómo se ha llegado hasta aquí y qué es lo que se debe cambiar en el sistema de financiación autonómico para que la situación actual no vuelva a repetirse.

Sin duda, la causas que han abocado a esta situación son múltiples y complejas.

Algunas de ellas fuera del control de las comunidades, como una recesión económica mundial, con un alcance y profundidad que recuerdan a la Gran Depresión del siglo XX; el estallido de la burbuja inmobiliaria; y el alto grado de endeudamiento del sector privado y "de modo relativo" del Gobierno central.

Pero otras son consecuencia de las políticas y las decisiones tomadas por las propias comunidades autónomas, a lo largo de varias décadas, "sobre el nivel y composición del gasto, su fuerte dependencia de las transferencias del Estado y el débil uso de su propia capacidad tributaria y sus decisiones sobre endeudamiento".

Este es el meollo de la cuestión. Lo que lleva a Llera, Lago y Martínez-Vázquez a preguntarse "hasta qué punto las formas de financiación propia, usando la capacidad tributaria otorgada en las leyes a las comunidades autónomas, y la financiación a través de transferencias y participaciones del Gobierno central, han sido un factor importante contributivo a la crisis que vivimos". Y la respuesta es que sí.

Es perfectamente verificable que, aunque las consecutivas reformas de las relaciones fiscales intergubernamentales de las tres últimas décadas le han concedido mayores atribuciones en autonomía tributaria, las comunidades "no han utilizado", salvo excepciones, "esa mayor capacidad tributaria".

En su lugar, han preferido continuar financiando sus incrementos de gasto "a través de los fondos recibidos de la Administración central en la forma de transferencias y participaciones de ingresos de varios tipos".

Sostienen que la razón principal que ha sustentado este comportamiento, "ha sido la connivencia mutua entre las comunidades y el Gobierno central" para que aquellas puedan actuar bajo "la protección de una restricción presupuestaria blanda". Lo cual es una manera de ejercer el autogobierno por el lado del gasto pero no por el de los ingresos. Eso ha hecho que "los incrementos sostenidos en las transferencias y participaciones en el fondo del Estado central", los han obtenido sin "pedir sacrificios directos a sus ciudadanos en la forma de subida de los impuestos autonómicos"; al contrario, en algunos casos los redujeron o los eliminaron.



jueves, 18 de octubre de 2012

Experiencias exitosas de gestión local en Asturias


Hablando, Santiago Fernández Fernández, gerente de Cogersa. A mi derecha, Carlos González Lozano, director general del Consorcio de Transportes de Asturias
(Foto: J.D., El Comercio)

Continúa el ciclo de conferencias y debates Ideas para una reforma del Régimen Local en Asturias, organizado por el Ridea, con el patrocinio de Cajastur.

La sesión de ayer tuvo dos partes. En la primera, Jesús María Ramírez nos presentó el anteproyecto de Reforma Local de Navarra, como muestra de un trabajo riguroso del cual podemos extraer algunas conclusiones para otros territorios.

En la segunda parte de la sesión se presentaron dos experiencias de gestión consorciada de servicios públicos. Ahora que parece que todo "lo público" está defectuoso (eso dicen algunos malintencionados), es bueno difundir casos prácticos exitosos que tenemos en Asturias, como son Cogersa y el Consorcio de Transportes.

lunes, 15 de octubre de 2012

Financiación autonómica y local en Compostela

Esta semana, los días 16 y 17, estaremos participando en la III Conferencia sobre Federalismo Fiscal y Descentralización en España (programa), en la mágica y querida ciudad de Santiago de Compostela. El evento está organizado por REDE y dirigido por dos gallegos internacionales como Santiago Lago Peñas y Jorge Martínez-Vázquez.

El título de este año es bastante explícito: La consolidación fiscal en España: El papel de las Comunidades Autónomas y los municipios (experiencias, retos y perspectivas). En tres palabras: crisis, déficit y deuda. Este encuentro da continuidad a los dos que se celebraron en 2008 y 2010, de los cuales se han editado sendos libros por parte del Instituto de Estudios Fiscales.

El equipo médico habitual

jueves, 11 de octubre de 2012

El círculo vicioso de la escuela concertada


El número 67 de la revista Presupuesto y Gasto Público se dedica a la Economía de la Educación. Mi colega Manuel Muñiz Pérez y yo mismo publicamos ahí un artículo que lleva por título Colegios concertados y selección de escuela en España: un círculo vicioso.

Nos hacemos dos preguntas: por qué las familias siguen eligiendo colegios concertados para sus hijos e hijas y si es adecuado seguir manteniendo un modelo que se implantó hace ya casi 30 años, con Ley Orgánica 8/1985, de 3 de julio, Reguladora del Derecho a la Educación (LODE). Las conclusiones son las siguientes.

La primera hipotética razón nos haría pensar que los centros concertados pueden ofrecer una mayor calidad en la educación académica, pero los datos no dicen eso, una vez que se descuenta el efecto de las características socioeconómicas del alumno. En segundo lugar, tampoco los resultados respaldan una hipotética mejor formación en valores en los centros concertados con respecto a los centros públicos. En tercer lugar, el factor religioso (católico) tiene una cierta relevancia, aunque no parece determinante en último extremo para la elección de centro. Lo que sí respalda la evidencia estadística es la creencia de los padres y las madres en que los contactos sociales y los compañeros de aula pueden influir en los resultados educativos y en el futuro sociolaboral de sus hijos e hijas, motivo por el cual suelen preferir centros concertados, donde las características socioeconómicas medias del alumnado son mejores.

De todo lo anterior se puede concluir que la decisión de escolarización en unos u otros centros por parte de las familias no está influenciada por motivos de eficiencia, ya que los centros públicos no son en promedio peores que los centros concertados. La cuestión tiene mucho más que ver con la equidad y, por ello, aquí deberían enfocarse los esfuerzos de la política educativa. La Administración Pública debe velar con mayor énfasis por la igualdad plena en el acceso a todos los centros sostenidos con fondos públicos, revisando a la baja o incluso retirando las subvenciones a aquellos colegios que incumplan las cláusulas legales que les son de aplicación. De lo contrario, se seguirá alimentando en España el que podemos llamar «círculo vicioso de la escuela concertada»: las familias buscan los mejores compañeros para sus hijos; los colegios concertados ofrecen compañeros de mejores características socioeconómicas que los de los centros públicos; ante tal diferencia, las familias prefieren entonces en mayor medida los centros concertados; ante el exceso de demanda, las escuelas concertadas consiguen quedarse con los solicitantes con mejores características. Y así sucesivamente, prolongando (cuando no aumentando) en el tiempo los procesos de segregación social inherentes a esta situación, con los costes obvios en pérdida de equidad y de igualdad de oportunidades en nuestro sistema educativo

Enlace al artículo completo aquí.

Teletipo de Europa Press y noticia de El Comercio.  

miércoles, 10 de octubre de 2012

Constituciones y generaciones

www.que.es

De los 47 millones de españoles, sólo uno de cada tres tiene ahora edad suficiente como para haber podido participar en el referéndum constitucional de 1978. En otras palabras: hay más de 30 millones de españoles que no pudieron votar la Constitución Española en su momento. Incluso en la primera hipotética oportunidad que se presenta, en el año 2011, se nos niega la posibilidad de “hablar” por vía de referéndum. No es de extrañar el desafecto o la indiferencia de una buena parte de la ciudadanía, tanto da si viven en Cataluña o en Asturias, si hay crisis o boom económico. Lo que me interesa destacar ahora es el salto generacional y no otros factores, sin duda, también relevantes.

No puede sentir igual la Constitución una mujer de 80 años (criada en la dictadura y con 46 años en 1978) que un hombre de 55 años (joven a finales de los 70) o quien ahora tiene 20 años y no conoce otra cosa que la democracia y un entorno de libertades, derechos y abundancia (hasta ahora, claro está). Hay una gran masa silenciosa a la que nunca se le ha pedido opinión sobre si es mejor una monarquía de reyes, una de reinas o una república; un Estado centralizado o uno federal, ya sea equilátero, isósceles, escaleno o poliédrico. No hemos podido optar entre un sistema electoral proporcional u otro mayoritario, ni ponderar de otra forma el derecho fundamental a la educación con la libertad de elección de las familias. No nos han dejado valorar las penas de cárcel como medidas de reinserción social, ni la progresividad del sistema fiscal ni el encaje en la Unión Europea.

Los mecanismos de reforma constitucional están tasados y, aunque son rígidos, no son insalvables. No deberían serlo, tal y como ocurre en otros países avanzados. Un buen punto de partida es el informe del Consejo de Estado, elaborado en 2006 a instancias del Gobierno de España que entonces presidía Rodríguez Zapatero.

Los difíciles equilibrios alcanzados en 1978 se están perdiendo. Todo el mundo quiere cambiar la Constitución, pero cada uno remando para un lado o simplemente tomando partido por un férreo inmovilismo. El consenso, imprescindible, no puede ser un parapeto de defensa, sino un “acuerdo producido por consentimiento”, como nos recuerda el Diccionario. Pero, claro, para esto necesitamos más cintura y menos puños.

Publicado en La Voz de Avilés el 10 de octubre de 2012

martes, 9 de octubre de 2012

Carreras y playones


Corriendo por el playón de Bayas, se le olvidan a uno los problemas de la mente y del país, comenzando en ese momento otros muy diferentes en forma de músculos tensos y piernas que se hunden en la arena. Sin duda, merece la pena. Aquí, el azul de la mar, el verde del monte y el brillo del cielo en días despejados no tienen punto de comparación con nada.

Salgo de Los Quebrantos, paso el Pozacu y el Corralón, me entretengo mirando las dunas por donde cae el río Llumeras y, mientras llego hasta los cuerpos desnudos en Requexinos, no puedo dejar de maravillarme con la peña La Deva al fondo.

Cuando doy la vuelta, ya no la veo. El trote sigue por las mismas huellas que dejé hace unos minutos, pero con el pie cambiado. No es el mismo paisaje porque dar la vuelta no es retroceder, sino revivir, redescubrir. Enfocar con nuevos bríos lo que antes era algo superado y que ahora te parece inalcanzable por momentos.

Ya veo de nuevo el Corralón, con la marea subiendo y con el reloj lunar marcando la hora de pasar la roca sin mojarse de cuerpo entero (lo haré dentro de poco, eso nunca fue un problema). Y al final, el principio. Pero no me detengo y sigo hasta el río, dejando a mi izquierda L’Arena, el pueblo de la angula, los amigos, las noches de verano, las parrilladas en la Bajamar y alguna que otra chispera. Toco el espigón y enfilo la línea curva de la playa, cerrando así un circuito con forma de ocho tumbado o de infinito puesto en pie, según se mire.

Sólo falta mezclar el sudor con el agua, el calor con el frío, la pasión atlética con la furia de una tranquila marejada. Si nos da tiempo y el cuerpo aguanta, veremos caer el sol detrás de la barra, marcando el final de la luz del día, como la bola del reloj anticipa las campanadas de fin de año. Es el espectáculo que faltaba para redondear la función.

La crisis queda por momentos fuera del mundo. La melancolía es absorbida por la adrenalina y el corazón acelerado bombea ilusión para la nueva jornada. Decimos a menudo eso de “cargar las pilas”, pero realmente lo que deberíamos hacer es una terapia de choque por el Bajo Nalón o por nuestro trozo de paraíso particular. Desde luego, este es el mío.


Publicado en La Voz de Avilés el 9 de octubre de 2012