lunes, 12 de septiembre de 2011

Fútbol y farmacias

Este verano (es un decir) nos topamos con dos curiosas huelgas. La de futbolistas dejó a España sin la primera jornada de Liga, alivio para muchas personas y drama para bastante gente (todo es relativo). Yo aposté a que la segunda jornada se disputaba como fuese, aunque para ello tuviesen que intervenir el Presidente del Gobierno (como 'ministro' de deportes), el Rey (un campechano deportista) o hasta el Papa (de ruta por Madrid). Fútbol es fútbol, ya se sabe.

Yendo al fondo del asunto, entiendo las razones de los chavales que llevan meses sin cobrar su sueldo, mientras los clubes dilapidan en caprichos. Lo que no me creo es el apoyo de Casillas, Puyol y compañía a esta 'causa' que en modo alguno es la suya. ¿Acaso ven peligrar sus privilegios? ¿Tienen miedo de que les rebajen un milloncejo de euros al año? A lo peor soy un malpensado y realmente apoyan a los jugadores impagados, pero me cuesta creerlo, de verdad. Una cuenta sencilla: la deuda de los clubes con 200 futbolistas asciende a 50 millones de euros, la mitad de lo que costó el fichaje de Cristiano Ronaldo o menos de lo que gastó este verano en fichajes el dueño del Málaga C.F. Por cierto, los clubes de primera y segunda deben a Hacienda y a la Seguridad Social casi 6.000 millones de euros, pero no veo a un solo aficionado reclamando esa deuda que es la de todos. Ni siquiera ahora que el Estado necesita mucho ese dinero.

Y luego las farmacias. En Castilla-La Mancha amenazaron con el cierre total si el Servicio de Salud no pagaba las facturas acumuladas. Hasta ahí, de acuerdo, puesto que nadie trabaja por amor al arte en su negocio y, al fin y al cabo, las farmacias son eso, un negocio. Lo que me enerva es el hecho de que se vuelva a utilizar a la ciudadanía en un conflicto laboral o mercantil, en este caso amenazando con cortar el suministro de medicamentos.

Creo que ha llegado la hora de que las farmacias dejen de ser cortijos particulares y que se abran a la competencia. No veo por qué una persona titulada en Farmacia no puede abrir un establecimiento propio si cumple todos los requisitos legales, mientras que una persona con título de Medicina, Fisioterapia o Enfermería sí puede hacerlo. ¿Cuál es la motivación que justifica esta desigualdad de trato? Menos entiendo aún que haya farmacias gozando de las rentas de monopolio u oligopolio, pero que luego aleguen una supuesta moral para no dispensar algo básico como unos preservativos. En ese caso, lo lógico sería una multa o hasta la retirada de la licencia administrativa.
 
Publicado en La Voz de Avilés el 10 de septiembre de 2011

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me imagino que si a ti como profesor, no te pagan tu nomina durante 5 meses igual tb te quejas, o decimos los demas estos funcionarios que solo chupan del bote y se van de huelga porke les quitan un 5% en su nómina.... no hables si no sabes.