miércoles, 3 de enero de 2018

Sangría demográfica y comarcalización

Noticia de La Nueva España, a cargo de Amaya P. Gión.
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Avilés ha perdido en un año 600 habitantes y baja por primera vez de los 80.000 vecinos en cinco décadas. La sangría demográfica es uno de los principales problemas que afronta el municipio, una realidad compartida por muchos otros rincones asturianos. El PSOE subraya que está trabajando para "revertir la situación", hacer de Avilés una ciudad atractiva para vivir y conseguir atraer población, pero los economistas creen que hay que ir aún más allá e inciden en la necesidad de comarcalizar servicios ante la continua pérdida de población y su envejecimiento. 
Para el economista Roberto Fernández Llera que se pierda población de forma tan dramática siempre es un riesgo de futuro en términos económicos y de empleo, pero incluso de ilusión. "En economía las expectativas son muy importantes. Con una población muy envejecida y en decadencia, siempre se dan peores condiciones para la inversión que en población dinámica", sostiene. ¿Quien va a invertir en un lugar donde la población está envejecida y no se renueva?, viene a decir el experto en Economía Aplicada. "No me resisto a asegurar, y ahora más que nunca, que es necesaria una visión comarcal. Tanto en términos de población como del tejido económico complementario, los concejos de la comarca deben unirse y coordinar políticas y servicios, como se viene haciendo con el transporte público", prosigue Fernández Llera. Y pone como ejemplo una política de suelo industrial común, de ayudas a a las empresas o también en materia de servicios sociales. "Frente al reto demográfico, la vía de la colaboración mediante la fusión municipal sería muy buena", indica. 
 
El sociólogo avilesino Arsenio Valbuena cree que la bajada de la barrera de los 80.000 habitantes hace que Avilés se sume a la tónica general de otras ciudades españolas. "Esta ciudad fue una excepción. La migración interior de la década de 1960 y principios de los setenta, de matrimonios jóvenes, hizo que Avilés se convirtiera en la ciudad más joven de España. Fue una isla de excepcionalidad dentro de Asturias, por la atracción de la gran industria", sostiene. La ciudad tenía en 1950 poco más de 21.000 habitantes, en 1960 la población se duplicó hasta los 48.503 vecinos y en 1970 se disparaba hasta los 81.710. "Aquellos matrimonios jóvenes tenía entre cuatro y seis hijos de media. Ahora, los hijos de esas generaciones son los que no tienen hijos o uno como máximo. Los hijos de aquellos migrantes no tenemos nietos. Creíamos que estábamos al abrigo del invierno demográfico, pero no", señala el sociólogo. Y añade: "La población se mueve. Avilés no cubre las bajas con atracción de migrantes: ni extranjeros, ni nacionales, ni comarcales. La mejora de las comunicaciones ha hecho que se pueda trabajar en Avilés y vivir en entornos mucho más atractivos económicamente (como Castrillón o Corvera, donde los pisos son más baratos que en la ciudad) o por oportunidades (como Oviedo y Gijón). Además, el empleo que se crea no se fija aquí". 
 
En el gobierno local inciden en que la pérdida de población es un "contexto generalizado", pero reconocen que vienen trabajando contra el envejecimiento y la sangría demográfica. Este mensaje está constantemente en el discurso de la alcaldesa, Mariví Monteserín, y es uno de los retos con los que el PSOE inicia cada nuevo año. ¿Y cómo se puede trabajar en revertir esa tendencia desde el Ayuntamiento? Según el concejal de Promoción Económica y de Ciudad, Manuel Campa, a partir de tres pilares fundamentales: el primero, generar empleo estable y de calidad; segundo, conseguir que la gente llegue atraída por esos puestos y hacer de Avilés una ciudad atractiva para vivir para que no solo vengan a trabajar, sino a hacer su vida en ella. "La ciudad tiene que estar preparada, ofrecer una buena calidad de vida y de servicios, que la gente se sienta cómoda, también con la con cultura y el ocio. Lo que buscamos es que un investigador que venga al parque científico tecnológico se quede a vivir aquí, y no se vaya a La Fresneda o Salinas. Queremos que puedan trabajar con comodidad, que puedan ir caminando mediante un buen acceso peatonal al parque tecnológico, en ese tipo de cosas la ciudad tiene que trabajar", apuntó Campa. 
 
¿Pero está la solución en un municipio cuando el problema es regional? La práctica totalidad de los concejos asturianos pierden población y aceleran su envejecimiento. "La natalidad está entre las más bajas del Planeta. En cuanto al envejecimiento, las cifras son espeluznantes salvo en el área central. Los jóvenes con aspiraciones provisionales se van de Asturias. Juntas todo eso y la ecuación es muy sencilla. El caso de Avilés no me llama la atención", apunta la doctora en Economía Ana Viñuela, integrante del grupo de investigación REGIOlab. La economista lamenta que siga sin ponerse en marcha el área metropolitana central de Asturias: "Ayudaría a aliviar estas tendencias demográficas, pero cada concejo sigue a la deriva. El diagnóstico está hecho desde hace mucho tiempo, estuvo en la agenda política hace un par de años gracias a IU, pero no se ha avanzado. El área metropolitana sería perfecta para un experimento de coches híbridos o eléctricos. Estamos contaminando con un tráfico tremendo y con un transporte público mal coordinado. Fomentemos el vehículo eléctrico y seamos un ejemplo en el mundo".

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