miércoles, 17 de mayo de 2017

Fotogramas y churrascos

La confitería San Francisco luego fue chocolatería y ahora pulpería. A Polledo, en la calle La Fruta, la sustituyó una tienda de regalos y complementos. La de Galé, en La Cámara, hoy huele a perfume. Por desgracia, Llana sigue cerrada.

Almacenes Py fue remozado y una óptica ocupó su emblemático sitio. El Pelícano voló al Metropol y luego se puso prendas color melocotón. El Oso que bebía y fumaba en la esquina con la calle del Sol dio paso a la inocente ropa infantil. En cambio, unos pasos más allá, frente al parque del Muelle, el edificio del café Colón se cae de viejo.

En el local de Precios Únicos ahora se despachan bocadillos y tapas a precios populares. Justo enfrente, lo mismo, en el bajo donde tanto tiempo estuvo la ferretería La Española. Mientras, el cine Almirante sigue cerrado, a la espera de tiempos mejores.

¡Qué hermosos son los buenos recuerdos, pero qué mala es la egoísta nostalgia! El futuro se construye con ilusión e inversión, no con lamentos ni críticas destructivas.

Si el palacio que albergó el cine Marta y María va a ser pronto un restaurante, a mí no me sale otra reacción que la del aplauso por la actividad económica que va a generar, el empleo que va a crear y –muy importante- la fachada (por cierto, el único elemento de valor artístico) que se va a conservar. Cuando cerró el cine, algunos advertimos del peligro de ruina que corría este elemento de nuestro patrimonio a consecuencia de su abandono. Por todo ello, las noticias que ahora tenemos son buenas. Y si llegan del oeste, pues lo mismo da.

El debate que algunas personas quieren forzar entre cine y asador, me parece que ni siquiera resiste el tiempo de una sidra en el chigre. Las opiniones son todas libres, faltaría más, pero a veces un poco atrevidas. ¿Acaso la gastronomía no es también cultura? ¿Y no tenemos ya en Avilés suficientes casas y centros de cultura de primera categoría, donde, no se olvide, también se proyectan películas cada semana?

Quien tenga el dinero para recuperar el cine Marta y María, podría invertirlo sin mayor problema, aunque sospecho que no hay muchos candidatos que puedan ni quieran asumir tal riesgo. Por tanto, a quienes sí tienen el dinero y apuestan por esta ciudad, concedámosles, no ya la alfombra roja de bienvenida, pero sí al menos una oportunidad y un mínimo margen de confianza.

Criticar sin más o decidir sobre el capital ajeno es muy fácil. Poner sobre la mesa alternativas solventes o arriesgar capital propio es mucho más difícil.

Publicado en La Voz de Avilés el 17 de mayo de 2017


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