jueves, 6 de diciembre de 2018

El carbón ha muerto, viva el carbón


 
Desde el 31 de diciembre de 2018, el sector minero en Asturias será una cosa muy diferente a la que conocimos hasta ahora. El finiquito está firmado, sin alegrías, pero sabiendo que era algo inevitable e inaplazable. Pienso que siempre es mejor una mala paz que una buena guerra. Ahora hay tiempo a planificar el futuro sobre el papel de este combustible fósil en el llamado mix energético, en tiempos donde la ecología es el valor predominante.

Trayendo el asunto al Bajo Nalón, nos debemos preguntar un par de cosas. ¿Por qué no? ¿Y por qué no se puede esta vez –que será la última- acudir a los fondos extraordinarios que vendrán en el nuevo plan de transición / reconversión / cierre? Más directo todavía: ¿alguien desde aquí los va a reclamar o nos volveremos a conformar viendo pasar el río? Algunos dieron esta batalla en el pasado, lo cual es de agradecer, pero no encontraron el apoyo suficiente.

Entre 2019 y 2027 habrá una línea de ayudas específicas para el desarrollo alternativo de las comarcas mineras. En concreto –cito textualmente- para cofinanciar “la ejecución de proyectos de infraestructuras y de restauración de zonas degradadas a causa de la actividad minera en municipios mineros”. El acuerdo dice además que la selección de esas infraestructuras se deberá hacer de forma “coherente y complementaria con la planificación regional y local”.

Veamos. El Bajo Nalón es comarca minera. ¿Alguien duda de que lo que arrastró el río aguas abajo durante décadas era carbón? Creo que esto no necesita mucha más explicación. Lo que falta es que se pelee de verdad para conseguir que Pravia, pero sobre todo Soto del Barco y Muros del Nalón, sean incluidos en el listado de concejos beneficiarios de ayudas. Sería de tanta justicia histórica que, quien defienda lo contrario o se abstenga, tendrá que explicarlo muy bien y enfrentarse a sus vecinos y votantes.

En el acuerdo que regirá los próximos años se afirma que en los municipios beneficiarios el desarrollo de las infraestructuras se dirigirá “fundamentalmente” (aunque nada impide que sea a otras cosas) a la “mejora, restauración, recuperación y revalorización de escombreras, zonas degradadas y espacios afectados por las explotaciones mineras del carbón”. Otra pregunta directa a quien la quiera responder: ¿alguien puede negar que la desembocadura del Nalón no sea un espacio degradado, a pesar de las evidentes mejoras de los últimos años? ¿O es que el carbón solo manchó el Nalón aguas arriba?

El lenguaje es muy ilustrativo. Compromiso significa obligación contraída, palabra dada. Presupuesto significa dotar con recursos un plan o una actuación. Coherencia es lógica y sentido común. ¿Vamos llegando ya al final?

Efectivamente, la pasarela entre San Esteban y L’Arena puede y deber construirse a partir de 2019. Por supuesto, con cargo a los recursos ordinarios del Principado de Asturias y, como acabo de sugerir, entrando también al reparto de los fondos mineros de nueva generación, esos que en el pasado se negaron sin motivo a esta zona.

Publicado en La Información del Bajo Nalón el 6 de diciembre de 2018

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