jueves, 11 de octubre de 2012

El círculo vicioso de la escuela concertada


El número 67 de la revista Presupuesto y Gasto Público se dedica a la Economía de la Educación. Mi colega Manuel Muñiz Pérez y yo mismo publicamos ahí un artículo que lleva por título Colegios concertados y selección de escuela en España: un círculo vicioso.

Nos hacemos dos preguntas: por qué las familias siguen eligiendo colegios concertados para sus hijos e hijas y si es adecuado seguir manteniendo un modelo que se implantó hace ya casi 30 años, con Ley Orgánica 8/1985, de 3 de julio, Reguladora del Derecho a la Educación (LODE). Las conclusiones son las siguientes.

La primera hipotética razón nos haría pensar que los centros concertados pueden ofrecer una mayor calidad en la educación académica, pero los datos no dicen eso, una vez que se descuenta el efecto de las características socioeconómicas del alumno. En segundo lugar, tampoco los resultados respaldan una hipotética mejor formación en valores en los centros concertados con respecto a los centros públicos. En tercer lugar, el factor religioso (católico) tiene una cierta relevancia, aunque no parece determinante en último extremo para la elección de centro. Lo que sí respalda la evidencia estadística es la creencia de los padres y las madres en que los contactos sociales y los compañeros de aula pueden influir en los resultados educativos y en el futuro sociolaboral de sus hijos e hijas, motivo por el cual suelen preferir centros concertados, donde las características socioeconómicas medias del alumnado son mejores.

De todo lo anterior se puede concluir que la decisión de escolarización en unos u otros centros por parte de las familias no está influenciada por motivos de eficiencia, ya que los centros públicos no son en promedio peores que los centros concertados. La cuestión tiene mucho más que ver con la equidad y, por ello, aquí deberían enfocarse los esfuerzos de la política educativa. La Administración Pública debe velar con mayor énfasis por la igualdad plena en el acceso a todos los centros sostenidos con fondos públicos, revisando a la baja o incluso retirando las subvenciones a aquellos colegios que incumplan las cláusulas legales que les son de aplicación. De lo contrario, se seguirá alimentando en España el que podemos llamar «círculo vicioso de la escuela concertada»: las familias buscan los mejores compañeros para sus hijos; los colegios concertados ofrecen compañeros de mejores características socioeconómicas que los de los centros públicos; ante tal diferencia, las familias prefieren entonces en mayor medida los centros concertados; ante el exceso de demanda, las escuelas concertadas consiguen quedarse con los solicitantes con mejores características. Y así sucesivamente, prolongando (cuando no aumentando) en el tiempo los procesos de segregación social inherentes a esta situación, con los costes obvios en pérdida de equidad y de igualdad de oportunidades en nuestro sistema educativo

Enlace al artículo completo aquí.

Teletipo de Europa Press y noticia de El Comercio.  

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