lunes, 17 de agosto de 2015

Deudas y Hacienda

Gonzalo Semprún: http://es.klear.com/profile/gsemprunmdg
 
El Sporting y el Oviedo subieron de categoría. El Avilés bajó. Pero al final, hablamos de pasta, no de la italiana con tomate, sino de la guita mexicana, escocesa o de los contribuyentes españoles. Los de Mareo van pagando ahora sus pufos con Hacienda y con la Seguridad Social, gracias a un nuevo crédito bancario. Endeudarse para pagar deudas, ¿soluciona el problema o sólo lo aplaza?

Cuando las noticias informan de que un club está “en manos de Hacienda”, puede que sea cierto en su literalidad, pero no se dice toda la verdad. Se insinúa que esa malvada “Hacienda” es una señora con muy poca sensibilidad y que, si el club desciende o desaparece, la culpa es suya, no de los socios o accionistas, ni del entrenador, ni de los jugadores. Si hubo dispendios, se nos olvidan rápido. Pero, ¿no habíamos quedado en que Hacienda “somos todos”? Pues “mi” parte no se la regalo a nadie.

Ante ciertos desfases, en muchos casos cerca del delito (dejemos otros comportamientos cuasi mafiosos del fútbol profesional), cabe proponer una hoja de ruta como esta:

1) Exigencia de lo adeudado en tiempo y forma, sin más dilación.

2) Auditoría de la Federación Española de Fútbol y de las federaciones territoriales, así como de todas las ayudas concedidas en los últimos años a clubes de fútbol y sociedades anónimas deportivas, a cargo de las instituciones de control que proceda.

3) Quita negociada de deudas, sujeta a estrictas condiciones (¿nos suena?), entre las que deben estar la sustitución de gestores, la prohibición expresa de fichar jugadores, la retirada de licencias federativas y, en el extremo, la disolución de entidades insolventes.

4) Prohibición, mediante ley básica estatal, de todo tipo de subvenciones, transferencias, beneficios fiscales, avales o cualquier otra ayuda por parte de las Administraciones Públicas a clubes de fútbol profesional, mientras mantengan deudas tributarias o sociales. De igual modo, ni las Administraciones Públicas, ni sus entidades dependientes, podrán formar parte del accionariado de clubes de fútbol profesional (¿hemos privatizado la siderúrgica o la telefónica –y más- para nacionalizar el fútbol?).

5) Reducción federativa y nuevas regulación de las ligas de fútbol profesional, hasta garantizar su solvencia y la de todos los clubes que compiten en ellas.

6) Apuesta financiera clara por el deporte base y por el deporte escolar.

7) Educación ciudadana sobre la importancia de los tributos.

¿Se atreve alguien?


Publicado en La Voz de Avilés el 14 de agosto de 2015

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