sábado, 28 de febrero de 2015

Regreso al futuro del federalismo fiscal

Me quedo francamente fascinado cuando cae en mis manos un libro de 1983, publicado por la desaparecida editorial Argos Vergara y firmado por un tal Javier de Burgos, cuyo título es España: por un Estado federal.

Aclaremos en primer lugar que el libro no lo suscribe quien fuera en la primera mitad del siglo XIX secretario de Estado y de Despacho de Fomento, ministro de Hacienda y ministro de la Gobernación, pasando a la historia sobre todo por ser el impulsor de la división territorial de España en provincias, vigente todavía en la actualidad. La realidad es que el citado libro lo firman bajo ese pseudónimo colectivo los miembros de la Asociación Española de Administración Pública, creada en 1969, en lo que iba a ser el antecedente inmediato de la actual Asociación Profesional del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Aquella primigenia asociación comenzó como algo parecido a un sindicato de funcionarios para defender intereses corporativos y terminó convertida de facto, ya en las postrimerías de la dictadura franquista, en un potente instrumento de movilización ciudadana al servicio de postulados democráticos. El homenaje postrero a Javier de Burgos parece claro y explícito.

Se cuidaron mucho aquellos funcionarios de dejar muy claro desde el principio que su aportación al debate sobre la creación y el desarrollo del Estado del Estado de las Autonomías tenía un carácter técnico y un afán constructivo, frente a otras visiones apocalípticas, sectarias, negativistas u optimistas en exceso. Su apuesta decidida era por un Estado federal, combinando autonomía y unidad, sin veleidades separatistas centrífugas, ni tentaciones uniformadoras centrípetas.

La fascinación me viene porque, pasados más de 30 años de la edición de aquel libro (al que acompañaron informes temáticos sobre descentralización de la educación, la justicia, la sanidad, la planificación económica o los impuestos), muchos de los problemas que se enunciaban entonces como futuribles, iban a ser después muy reales y, aún hoy, se siguen arrastrando como riesgos latentes o explícitos del modelo español. Por brevedad, enunciaré sólo los que tiene que ver con la atribución de competencias y los regímenes de financiación.

El primero hace referencia a una cuestión temporal que para un observador externo podría ser inocua, pero que no es en absoluto. La LOFCA se aprobó en 1980, por tanto después del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979 (también del vasco), de tal forma que “el régimen común financiero es no más que una expresión detallada de lo que se pactó con la minoría catalana” (p. 95). Los sucesivos sistemas de financiación que vendrían después (el llamado provisional, los acuerdos quinquenales y las reformas de 2001 y 2009) reproducen casi con mimetismo esta secuencia. Sin embargo, la ruptura de este modus operandi se produce a partir de 2012, con el abandono por parte de Cataluña de su tradicional impulso descentralizador, apostando por un soberanismo de amplio alcance.

Otras críticas aceradas se lanzan (p. 96) contra la cesión a las comunidades autónomas del impuesto de patrimonio (“complementario del de la renta”) y del impuesto de sucesiones que, por su principal finalidad de “justicia social [...] debe ser objeto de una política general”.

El sistema de coordinación en el Consejo de Política Fiscal y Financiera también era puesto en entredicho (p. 97), ya que “sus decisiones no tienen carácter vinculante, sino sólo consultivo y de deliberación” (esto se cambió con la reforma de la LOFCA de 2001, aunque el órgano sigue controlado de facto por el gobierno central).

Sobre el Fondo de Compensación Interterritorial (pp. 98-99), recurso contemplado expresamente en la Constitución, se advertía de su insuficiencia –y, por tanto, de su ineficacia- e incluso de su carácter contraproducente, ya que en los primeros momentos iba a beneficiar a todas las comunidades autónomas y no sólo a las más pobres.

Con respecto a los regímenes especiales, las críticas subían de tono (pp. 100-102). Sobre el cálculo del cupo vasco hablaban de “un privilegio en una cuantía muy considerable” y en el caso navarro directamente acusaban de “permanente dejación de autoridad del Estado”.

Finalmente, sobre el recurso al crédito (p. 114) se preguntaban “cómo va a evitarse que las comunidades autónomas terminen sus ejercicios con déficits presupuestarios que [...] tendrá que asumir el Estado más tarde o más temprano”. Traída esta cuestión a nuestros días, hablaríamos de restricción presupuestaria blanda o de rescates, pero el asunto de fondo es idéntico 30 años después.

En otra parte del libro, los altos funcionarios estatales invocaban los “límites materiales” de la descentralización, los que nunca se deberían traspasar, ya que todos ellos tienen sólida base constitucional y económica: unidad nacional, solidaridad y principio de igualdad. Pues bien, algunos de ellos han sido forzados con el discurrir del tiempo, hasta el punto de situar su cumplimiento en una tesitura de verdadero peligro.

¿Y qué solución proponían estos autores? La de un “Estado federal cooperativo”. “Federalizar antes de que se disgregue la nación”, decían (p. 159). Y para ello, como mínimo, se necesitan instrumentos eficaces de integración, al lado de fuertes instituciones de coordinación. En lo concreto, abogaban por leyes sectoriales básicas que clarifiquen espacios competenciales, consolidación de los partidos políticos “de lealtad nacional” (sic), un refuerzo del Fondo de Compensación Interterritorial como gran mecanismo de solidaridad y, en definitiva, una revisión constitucional con alcance limitado, buscando siempre la utilidad práctica de esa revisión.

¿Nos suena todo esto de algo? Pues estamos en 1983.


Publicado en el blog De fueros y huevos (RIFDE-Expansión) el 20 de enero de 2015 
Publicado en el diario Expansión el 28 de febrero de 2015


jueves, 26 de febrero de 2015

XI Encuentros Técnicos y VI Foro Tecnológico de OCEX


www.sindicastur.org


La Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias será la anfitriona este año de los XI Encuentros Técnicos y el VI Foro Tecnológico de los órganos de control externo (OCEX). El doble evento tendrá lugar en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo los días 18 y 19 de junio.

Toda la información está disponible en la web www.sindicastur.org y, además, está habilitada la cuenta de correo oviedo2015@sindicastur.es para las cuestiones y dudas relativas al evento, cuya estructura de grupos de trabajo será la siguiente:
  1. Retos institucionales de los OCEX en la era de la estabilidad presupuestaria.
  2. Fiscalización del sector público local tras el nuevo marco normativo.
  3. Fiscalización del Sector Público autonómico y universidades públicas.
  4. Nuevas instrucciones y normas de contabilidad en el ámbito nacional, autonómico y local.
  5. Desafíos de las nuevas normas técnicas de auditoría.
  6. Foro Tecnológico.
Las fechas límite relevantes son estas:
  • Envío de resúmenes de comunicaciones: 31 de marzo.
  • Envío de comunicaciones completas: 30 de abril.
  • Inscripción y programa definitivo: 29 de mayo.

Mi participación será como secretario del Comité Técnico y como moderador del grupo de trabajo sobr retos institucionales y estabilidad presupuestaria.

¡Nos vemos en junio en Oviedo!

miércoles, 11 de febrero de 2015

Un vigorizante para el FCI



El Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) está contemplado en el artículo 158.2 de la Constitución Española y su fin es “corregir desequilibrios económicos interterritoriales y hacer efectivo el principio de solidaridad”. Sin embargo, desde hace tiempo tiene un papel casi testimonial, ya que sus recursos han descendido notablemente con relación a los presupuestos autonómicos y al PIB. Por tanto, es evidente que no cumple el papel para el que fue diseñado. De esta manera, casi no está y parece que no se le espera.

Por si fuera poco, el sistema de financiación autonómica de 2009 (todavía vigente, aunque a veces no lo parezca) creó dos Fondos de Convergencia Autonómica: el Fondo de Competitividad y el Fondo de Cooperación, siendo este último concebido “con el objetivo último de equilibrar y armonizar el desarrollo regional, estimulando el crecimiento de la riqueza y la convergencia regional en términos de renta de Comunidades Autónomas y Ciudades con Estatuto de Autonomía”.

Pero entendemos que esta estrategia es equivocada. Por un lado, ya disponíamos del instrumento necesario para tales fines, el FCI (en realidad, desdoblado en dos), sobre el que se habían lanzado algunas propuestas, por ejemplo aquí, aquí y aquí, para poder devolverle el protagonismo que se merecía con las oportunas y necesarias reformas. Por otro lado, creemos que el Fondo de Cooperación no cabe dentro del sistema de financiación autonómica, cuya finalidad principal es clara en cuanto a garantizar el acceso a los servicios públicos fundamentales –y la consiguiente nivelación parcial- y distinta, a nuestro juicio, de la corrección de los desequilibrios económicos territoriales. Aunque las dos son manifestaciones prácticas de la solidaridad, la segunda debería estar en manos de un instrumento diferenciado, en estrecha colaboración con las ayudas europeas a nuestro país en esta materia, por cierto, decrecientes hasta 2020 y aún más después de ese año.

En suma, ante la ansiada reforma del sistema de financiación autonómica, de cara a la siguiente legislatura estatal, proponemos desde aquí la eliminación de los Fondos de Convergencia, primero porque distorsionan la aplicación del modelo, pero sobre todo porque se debe dar paso a un potente FCI que pueda contribuir a hacer efectivos los objetivos para los que fue ideado.
 
Publicado con Francisco J. Delgado Rivero en el blog De fueros y huevos (RIFDE-Expansión) el 11 de febrero de 2015

viernes, 6 de febrero de 2015

Contingencia, estabilización y fiscalización

http://www.ief.es/contadorDocumentos.aspx?URLDocumento=/documentos/recursos/publicaciones/revistas/presu_gasto_publico/77_Sumario.pdf 

La revista Presupuesto y Gasto Público saca su número 77 con 17 artículos de variada temática, entre los que se incluye el que firmamos Eva Díaz Álvarez (compañera y auditora de la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias) y yo mismo.

En el trabajo analizamos el fondo de contingencia previsto en la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. Se estudian su regulación y sus funciones, distinguiéndolo de otros instrumentos y, en particular de los llamados fondos de estabilización. Se presentan los principales datos y algunas cifras para las comunidades autónomas. Hasta el momento, el fondo de contingencia –y, más aún, los fondos de estabilización- adolecen de imperfecciones que debilitan su potencial eficacia. El trabajo también expone algunos retos para los órganos de control externo en esta materia.

Versiones previas de este trabajo fueron presentadas en el VI Congreso Nacional de Auditoría en el Sector Público (Palma de Mallorca, noviembre 2014) y en el XXII Encuentro de Economía Pública (Santander, febrero 2015).  

miércoles, 4 de febrero de 2015

Fernando y Sanz


Fernando, Fernandín, Fer o, como se dice en la jerga de las redes sociales, @FernandoAstur, nos acaba de dejar. Si la muerte siempre es jodida, la de alguien tan joven y tan buena gente es una desgracia completa. Como tituló este periódico, el Carbayedo llora, pero también Avilés entero y miles de personas en todo el mundo. Porque el patio de juegos de Fernandín no tenía fronteras.

En su perfil de Twitter se definía a sí mismo como “fan de Alejandro Sanz, sportinguista, socialista y del Real Avilés”. ¡Casi nada! En estos tiempos donde la fidelidad y la lealtad parecen haber pasado de moda, frente a ocurrencias y programas de salvación, es justamente ahora cuando se echan de menos esos dos valores. Incluso aunque veamos algunas cosas que no nos gustan entre las personas que consideramos nuestra gente. Hay que criticarlas, con mesura, pero también hay que apoyar, con fuerza, más aún en los momentos difíciles y cuando toca hacerlo. Y sonreír. Siempre. Eso que no falte, aunque vengan mal dadas. Fernando lo sabía perfectamente.

Fer era más que fan de la música, en la doble acepción de admirador o seguidor de alguien y de entusiasta de algo. El primero de sus ídolos, ya lo sabemos: Alejandro Sanz. Después, el resto: Fito, Víctor Manuel, Loquillo y otros grandes. O el mítico programa nocturno ‘Hablar por hablar’. En el fatídico día le dedicaron todas esas horas de radio a él.

Fernando apoyó la causa de Avilés en todo lo que pudo, en los últimos tiempos con el conflicto de Alcoa, pero antes con muchos más asuntos. Y de la sanidad pública, sobre todo de la asturiana, sólo tenía buenas palabras, en particular del gremio de enfermería. Para su desgracia, tuvo que utilizar bastante los hospitales y nunca ahorró elogios para un sistema que funciona porque, no sólo nos cura, también nos cuida. Otra lección que nos dio. No le hagamos –no nos hagamos- la puñeta destruyendo lo que tanto costó levantar con el esfuerzo de mucha gente y muchos contribuyentes.

Fernandín, nada de que descanses, ni que la tierra te sea leve. “La música no se toca”, así que mi deseo va para que las canciones te sigan sonando en estéreo y te eleven con mil volteretas. Hasta siempre.

Publicado en La Voz de Avilés el 4 de febrero de 2015

lunes, 2 de febrero de 2015

XXII Encuentro de Economía Pública


Toca volver a algunos clásicos, pero con nuevos enfoques. Es la impresión que me da el lema del XXII Encuentro de Economía Pública: Reformas y nuevos retos de los Estados de Bienestar: eficiencia y equidad. Esta vez tendrá lugar cerca del Sardinero, en la ciudad de Santander.

Con esta, ya son 13 las ocasiones en que participo junto a colegas de la Economía Pública. En este enlace están las ponencias de este año, sobre multitud de temas y con diversos enfoques. Y (casi) todas las ediciones anteriores aquí.