miércoles, 29 de marzo de 2017

Plagios y rebozados

Fuente: www.omacatladas.com

Que el plagio es una mala práctica lo sabe todo el mundo. Que debe ser desterrada y aislada, parece obvio. Que, además, forma parte de los delitos contra la propiedad intelectual y que implica cárcel y multas, debemos tenerlo presente, como nos recuerda el Código Penal. Sin embargo, muchas veces el plagio no recibe su merecido castigo e incluso se recompensa. Supongo que aquí podrán sentirse aludidas personas autoras de libros, partituras, películas, artículos, dibujos, esculturas o cualquier otra manifestación cultural, profesional o científica salida de sus sienes, a la que otra persona accede para apropiársela sin escrúpulos.

Pido disculpas por adelantado por el tono profesoral, pero es que a veces uno se pasma de lo que lee en algunos foros o de las opiniones que escucha, bastante atrevidas, quién sabe si por ignorancia, osadía o mala fe (no sé qué es menos disculpable).

Recordemos que plagiar no es sinónimo de copiar, ni tampoco de citar o versionar. Un pintor de nuestros días puede tratar de copiar un cuadro de Velázquez y no estará haciendo nada malo, incluso podrá mejorarlo (aunque esto último es bastante difícil). De igual forma, el autor de un libro sobre la estructura económica de España podrá –o, más bien, deberá- citar los antecedentes ya publicados sobre el tema, eso sí, anotando las fuentes exactas de las que está bebiendo. Tercer ejemplo: una directora española puede versionar una película clásica de Hollywood y redondear una obra maestra (o montar una pifia; todo es posible). Lo que no vale es el plagio puro y duro, intentar pasarse de listos, menos aún en la era de Internet y las redes sociales, donde en pocos segundos cualquiera puede detectar el fraude. El hurto intelectual, académico o artístico no es justo, pero tampoco es inteligente porque se descubre más temprano que tarde.

Si hubiese que buscar un sinónimo de plagiar, sería fusilar, evidentemente, en el sentido que aquí contamos. Por desgracia, ya son demasiados casos famosos los que se están conociendo, incluyendo ministras alemanas, falsos periodistas esnob, “cronistas carroñeros” (esto lo tomo de Sabina), rectores españoles y hasta primeras damas estadounidenses, sin contar un sinfín de ejemplos discretos, pero igual de graves. Como dice la fábula clásica, el que plagia es una corneja desplumada, muy aparente en principio, pero ridícula cuando le quitan las plumas que arrancó al resto de pájaros.

Cuando Unanumo dijo “¡qué inventen ellos!”, no quería decir que la ciencia o la creación se las fuésemos a dejar a otros (sus palabras fueron tergiversadas muchas veces en este sentido), sino que debemos aprovecharnos de la luz que algunos encendieron para seguir produciendo conocimiento o arte. Sin plagiar, claro. 

Publicado en La Voz de Avilés el 29 de marzo de 2017


martes, 28 de marzo de 2017

La regla de oro ha muerto


Cuando uno lee a los clásicos de la Hacienda Pública, cosa que nunca se debería dejar de hacer, se encuentra aquello tan antiguo de la equidad intergeneracional, eso de que paguemos “según se usa”. Por ejemplo, si hay que hacer una nueva autopista, sufragamos una parte con lo recaudado por impuestos, pero otra parte la financiamos con el recurso al crédito, para que también contribuyan quienes en el futuro van a disfrutar de la infraestructura. Si todo se paga al contado, mi hijo tendrá las ventajas, pero ningún coste. Claro que, a la inversa, si solo financiamos obra pública con deuda, el pufo que dejaremos a nuestros herederos será de aúpa, mientras aquí transitamos por la autopista y, además, los gobiernos nos regalan los oídos con bajadas de impuestos, incluso más allá de lo razonable. Al aristotélico modo, digamos que “hay un justo medio, que está entre dos vicios que pecan, el uno por exceso y el otro por defecto”. En castizo: deuda, sí; deuda excesiva, no.

Este mandato –para los más puristas, la regla de oro- se incorporó desde el principio a la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA), allá por el lejano 1980, bebiendo de las fuentes de la normativa hacendística local. Y ahí sigue el lema grabado a cincel, más con valor lapidario que con verdaderos efectos prácticos, a pesar de su importancia. El precepto obliga a destinar el producto de las operaciones de crédito concertadas por plazo superior a un año “exclusivamente a la realización de gastos de inversión”. Es decir, limita la proporción del gasto autonómico que puede ser sufragado con el recurso al crédito, por lo que no proscribe el endeudamiento, sino que lo vincula a una finalidad concreta, complementando esa restricción con un límite global a la carga de la deuda, para que ambos se doten de eficacia mutua.

Caben pocas dudas sobre el significado del adverbio “exclusivamente”. Sin embargo, el devenir de los tiempos sí que ha hecho mudar la piel del estrecho concepto presupuestario de “inversión”, acercándolo a la más amplia noción económica. Inversión y ladrillo ya no son sinónimos, sino que el segundo es una categoría de la primera. Tampoco toda la inversión no financiera se recoge ya en los capítulos 6 y 7 del presupuesto de gastos, por efecto de nuevas formas de financiación y presupuestación (incluyendo la colaboración público-privada), pero sobre todo por el afloramiento de inversiones intangibles que contribuyen de manera decisiva al potencial de crecimiento o cuya rentabilidad social es elevada.

Para analizar el cumplimiento de la regla de oro en su versión clásica, se debe comparar la variación neta de los pasivos financieros con el volumen total de gastos de capital (suma de inversiones reales y gastos por transferencias de capital), netos de transferencias de capital recibidas, por tratarse estos últimos de recursos condicionados. Con este sencillo criterio presupuestario, hemos constatado que el cumplimiento entre 1984 y 2014 ha sido superior al 90%, quedando los casos desfavorables localizados en unas pocas comunidades autónomas y en los más recientes años de la crisis.

Pero en estas, llegó en 2012 la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera y, como dice la canción, “mandó a parar”. Una de sus disposiciones transitorias ha desactivado hasta 2020 las restricciones de la LOFCA sobre la deuda a largo plazo, cuando concurran circunstancias económicas extraordinarias que puedan poner en peligro la garantía de cobertura de los servicios públicos fundamentales. Siendo así, podrán concertarse operaciones de crédito por plazo superior a un año y no superior a diez, autorizadas en cualquier caso por el Estado, haciendo decaer la regla de oro, si ello sirve para asegurar el gasto corriente en sanidad, educación y servicios sociales esenciales.

Los problemas de financiación de las haciendas autonómicas, la continuación del ajuste fiscal, la salida negociada de los mecanismos adicionales habilitados por el Estado, así como el reiterado aplazamiento de la reforma del sistema, hacen pensar que esa flexibilización temporal termine por adquirir una vigencia indefinida.

En suma: la regla de oro ha muerto. ¡Viva la regla de oro! 

Publicado en el blog De fueros y huevos (RIFDE-Expansión) el 28 de marzo de 2017 

 

jueves, 16 de marzo de 2017

Consensos técnicos sobre financiación autonómica


Foto: Santi Donaie (EFE / El País)
La simple mención de la financiación autonómica puede disuadir a una parte de la ciudadanía de esta lectura, si bien debemos ser conscientes de que nos jugamos el sostenimiento de las principales políticas públicas. En los Estados de tipo federal existe una tensión natural entre la autonomía de los gobiernos subcentrales y la garantía de acceso en igualdad a los servicios fundamentales. El sistema de financiación territorial es una herramienta principal para lograr el equilibrio entre ambos objetivos.

En los próximos meses se discutirá el futuro de la financiación autonómica. A pesar de que la simple mención de este tema puede disuadir a una amplia parte de la ciudadanía de la lectura de este artículo, debemos ser conscientes de que está en juego nada menos que el sostenimiento de las principales políticas públicas. En todos los Estados de tipo federal existe una tensión entre la necesidad de asegurar la autonomía los gobiernos subcentrales y garantizar el acceso de todos los ciudadanos a los servicios fundamentales. Aunque no es la única, el sistema de financiación es una de las principales herramientas para lograr un equilibrio entre ambos objetivos.

La Red de Investigadores en Financiación autonómica y Descentralización financiera en España (RIFDE) acaba de hacer público un informe titulado La nivelación interterritorial y la estimación de las necesidades de gasto, en el que se hace un diagnóstico del sistema actual y se discuten los objetivos e instrumentos de una posible reforma. Uno de los rasgos que quizá hace más interesante este informe es precisamente que en él se observan importantes consensos técnicos, pero también discordancias que ponen de manifiesto la transcendencia de las decisiones en esta materia.

Para empezar, existe un claro consenso en que un primer reto de la reforma del sistema vigente –aprobado en 2009 y pendiente de revisión desde 2014- es hacer más transparente el complejo panorama actual del mecanismo de nivelación. Como es sabido, este es uno de los dos pilares de la financiación autonómica, fundamentado en la idea de solidaridad y equidad en el acceso a los servicios públicos fundamentales (el otro es la capacidad tributaria, como concreción del principio constitucional de autonomía financiera). Parece claro que la vigente nivelación necesita ser repensada porque en este momento se entrecruzan fondos e instrumentos que desdibujan los objetivos iniciales, produciendo agravios comparativos y una percepción de cierta arbitrariedad, lo que suele ser fuente de conflictos.

Aunque no se prevé que este asunto sea pacífico entre los políticos, los expertos sí están de acuerdo en que para reformar en profundidad el sistema es necesario eliminar, de forma más o menos gradual, la cláusula del statu quo, por la cual cada nuevo modelo siempre aseguraba la financiación que hasta ese momento habían dispuesto las comunidades autónomas. También existe acuerdo sobre la necesidad de corregir el desequilibrio vertical entre ingresos y gastos que favorece al gobierno central, en contra de las comunidades autónomas. De igual modo, una mayoría considera necesario afinar la actual fórmula de estimación de recaudaciones normativas por tributos cedidos y de necesidades de gasto por habitante (lo que técnicamente se conoce como “habitantes ajustados”).

En el informe de RIFDE también se defiende la incorporación de las dos comunidades autónomas de régimen foral a la financiación del mecanismo común de nivelación, así como la clarificación del papel de Canarias como región ultraperiférica europea. Asimismo, se plantea la conveniencia de que el organismo que haga el trabajo técnico cuente con una amplia participación autonómica, con el propósito de asegurar la perduración del modelo que se decida.

Con todo, existe una mayor discrepancia sobre cuál debe ser el alcance de la nivelación. Aunque son mayoría quienes piensan que el mecanismo debe garantizar el acceso en igualdad a los servicios públicos fundamentales (sanidad, educación y servicios sociales esenciales), otros expertos, en general provenientes de comunidades autónomas con renta y capacidad fiscal por debajo de la media, consideran que debería alcanzar la totalidad de los servicios descentralizados. Otro controversia atañe al llamado criterio de “no reordenación” entre territorios, esto es, a si la clasificación en términos de recursos por habitante debe ser la misma antes y después de que se aplique el sistema de financiación. Este criterio es defendido sobre todo por los expertos de comunidades autónomas con renta per cápita superior a la media, particularmente, desde Cataluña.

El debate es dificultoso, debido en parte a la elevada complejidad del sistema. Sin embargo, algunos consensos técnicos no deberían caer en saco roto, para no estar siempre empezando desde cero.

Publicado junto a Eloísa del Pino Matute en El País el 12 de marzo de 2017 (en papel, 13 de marzo)
Publicado junto a Eloísa del Pino Matute en el blog De fueros y huevos (RIFDE-Expansión) el 16 de marzo de 2017 


martes, 14 de marzo de 2017

Profesionales de éxito... en Avilés

El pasado domingo, José María Urbano, jefe de redacción de La Voz de Avilés, publicaba su columna semanal con unos elogios hacia mi persona que me enrojecieron la cara cuando los leí. Sobre todo porque me pone al lado de un grandísimo profesional como es Jesús Sanmartín Mariñas, presidente del Registro de Economistas Asesores Fiscales de España (REAF-REGAF). Los dos compartimos pasión por Avilés y los impuestos, pero es obvio que sus inmensos méritos ensombrecen y empequeñecen los míos. Muchas gracias José María. Que sigas dando buenas noticias.

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Profesionales de éxito

Jesús Sanmartín, Roberto Fernández Llera e Inaciu Iglesias, protagonistas de la semana por sus aportaciones al mundo económico


Avilés se mueve es el título de esta sección semanal de LA VOZ DE AVILÉS y del blog ‘Dame buenas noticias’ (http://blogs.elcomercio.es/dame-buenas-noticias/) que pretende ser un espacio abierto a la crítica, como corresponde a la esencia de un análisis periodístico, pero que no está reñido con el aplauso por las cosas bien hechas o por la labor destacada de personas que nos son cercanas. Si la esencia del periodismo es salir a la calle, contar lo que sucede y tratar de contextualizarlo, uno no entiende muy bien esa propensión general de evitar las noticias en positivo, incluso el aplauso cuando está más que justificado.
El de hoy es un análisis en positivo que habla de tres personas que nos son cercanas y que en los últimos días han sido noticia por un trabajo reconocido y por sus ideas. Encima, los tres protagonistas son colaboradores de LA VOZ DE AVILÉS-EL COMERCIO, lo que a lo mejor dice algo positivo de nuestro periódico.


Jesús Sanmartín Mariñas es un economista con despacho en la Avenida de Los Telares que desde hace años ostenta el cargo de presidente del Registro de Asesores Fiscales (REAF), órgano del Colegio de Economistas de España, que agrupa a más de seis mil economistas asesores fiscales pertenecientes a los setenta Colegios de Economistas y Titulares Mercantiles de España.
El pasado día 27 de febrero, el REAF volvió a ser por un día el gran protagonista de la fiscalidad en este país, al presentar en Madrid uno de los estudios que todo el mundo está esperando cada año para comprobar la evolución de los tributos que se pagan, autonomía por autonomía. El ‘Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2017’ hace un análisis en profundidad de las figuras impositivas más destacadas, como son el IRPF, Patrimonio, Sucesiones y Donaciones, Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, para llegar a la conclusión de que sólo desde una adecuada homogeneización de esas figuras impositivas se puede evitar un cada día más evidente pulso entre autonomías, que algunos no han dudado en tildar ya de ‘dumping’ fiscal, en clara referencia a Madrid.
La firma de Sanmartín figura también, como presidente del REAF, en otros dos trabajos que se han situado en el centro de la actualidad: ‘Patrimonio, la otra brecha en el sistema autonómico’ y ‘¿Cuánto paga a Hacienda por una herencia en su comunidad?’.
Otro economista avilesino, del Carbayedo, Roberto Fernández Llera, ha sido noticia por figurar como ponente en la iniciativa ‘Coherencia económica de los programas electorales’, impulsada por la Fundación Transformar España que preside el exministro Eduardo Serra.
Se trata de evaluar el grado de cumplimiento de las propuestas realizadas por los partidos políticos cuando se presentan a las elecciones, así como los costes de las mismas.
Siguiendo la estela de países como Holanda, que somete a auditorías a todos los partidos políticos desde 1986, se decidió encargar una encuesta a Sigma Dos, que puso de manifiesto que sólo el 13 por ciento de los ciudadanos confía en el cumplimiento de los programas de los partidos en nuestro país, estando de acuerdo en que una entidad independiente se encargue de evaluar el coste de las medidas que se proponen. La Fundación que preside Serra sugiere en este sentido que el organismo más adecuado en España sea la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
El estudio ha sido coordinado por el profesor Santiago Lago y Roberto Fernández Llera ha sido ponente junto a Joaquín Artés, figurando a continuación un grupo de trabajo formado por nueve expertos.
Finalmente, el Palacio Valdés fue el viernes el escenario elegido este año por la Asociación Asturiana de Empresa Familiar (AEFAS), que preside Eva Rodríguez, para entregar su premio anual. En esta ocasión el galardón reconoció la labor de la familia Iglesias al frente de la empresa Cartonajes Vir.
Avilés, como anfitriona, hizo una excelente presentación como ciudad moderna, lanzada hacia la idea madre de las nuevas tecnologías y el emprendimiento, sin abandonar sus propuestas culturales y lúdicas. El vídeo que se ha realizado para promocionar la ciudad ha sido un acierto. Además, todos los intervinientes, desde Pablo Junceda, director general del Banco Sabadell-Herrero, hasta la alcaldesa, Mariví Monteserín, ofrecieron datos sobre la economía asturiana, con mensajes importantes de confianza en el futuro.
Pero el gran protagonista del acto fue el consejero delegado de Cartonajes Vir, Inaciu Iglesias, nieto de los fundadores de una empresa que acaba de cumplir 84 años y que da empleo a más de un centenar de trabajadores.
Iglesias, columnista de este periódico y tertuliano de nuestra televisión, Canal 10, pronunció su discurso en asturiano, lo que no deja de tener un punto de provocación para algún colectivo que sigue pensando que eso sólo está reservado para una cierta progresía de izquierdas, y desde luego nunca para un empresario, militante de Foro y que fue hasta concejal por ese partido en Noreña.
Inaciu Iglesias, con un sentido del humor que provocó el aplauso general del abarrotado Palacio Valdés, hizo una serena reflexión sobre las empresas e hilvanó un discurso en el que quiso poner de manifiesto la importancia del éxito, pero también la del fracaso, algo a lo que no estamos acostumbrados en este país. Lo expresó así: «Nun tratamos bien a les families d’empresarios porque –ente otres coses– nun entendemos bien la cultura del fracasu. Y el fracasu ye necesariu. Abrir una empresa –o un nueva llinia de negociu– p’acabar cerrandola nun ye malo; fracasar nun ye malo: fracasar ye namás una de les dos posibilidaes del riesgu. Pero eso nun ye lo peor. Lo peor ye que, nesta patria querida nuestra, tampoco entendemos l’éxitu. Por eso, cuando una empresa triunfa y llega asentase, somos cicateros a la de valorar los méritos de los responsables. Confundímonos colos privilexos, falamos de ricos y de probes y miramos más pa les carencies, pa los defectos burocráticos o pa les tensiones profesionales que xenera cualquier actividá económica que pa tolo qu’aporta».
Y su despedida a las empresas familiares, protagonistas de la velada, fue un guiño a un colectivo formado en Asturias por 17.654 empresas, el 91 por ciento del total, que da empleo a 118.289 trabajadores. Este fue su mensaje final: «Y, p’acabar ya, a toos vosotros dexaime dicivos namás tres coses: uno, mirai poles vuestres families; dos, mirai poles vuestres empreses; y tres, mirai pol vuestru país. Valorai eses tres coses que tenéis en casa y mirai por ello».
Cierre de semana económico con dos protagonistas avilesinos y un acto relevante en la ciudad.
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el día 12 de marzo de 2017

domingo, 12 de marzo de 2017

Coherencia económica de los programas electorales


http://ftransformaespana.es/milo-portfolio/coherencia-economica-de-los-programas-electorales/

Estoy muy satisfecho de haber participado como ponente del informe Coherencia económica de los programas electorales, junto a Joaquín Artés Caselles, a instancias de la Fundación Transforma España, presidida por el exministro Eduardo Serra Rexach, y dentro del grupo de investigación GEN, dirigido por Santiago Lago Peñas. El informe da continuidad a un decálogo y a una encuesta que previamente había presentado la Fundación Transforma España.

Proponemos una evaluación económica previa sobre la viabilidad de las propuestas electorales, como ya se hace con éxito en países como Holanda o Reino Unido. Sugerimos que esta tarea de evaluación recaiga en la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, por su rigor técnico y su independencia política. Si no es posible a corto plazo, un grupo de personas expertas de la sociedad civil podría hacer este trabajo, bajo esas mismas condiciones de rigor e independencia.

En definitiva, no se trata de menoscabar la capacidad de iniciativa y propuesta de los partidos políticos a través de sus programas electorales, sino de conducirla por criterios de transparencia y racionalidad para dar más información al votante.

http://ftransformaespana.es/milo-portfolio/coherencia-economica-de-los-programas-electorales/

Aquí os dejo el enlace al informe completo y una entrevista para los informativos de la Televisión del Principado de Asturias (TPA). También una muy cariñosa reseña de José María Urbano, jefe de Redacción de La Voz de Avilés. Y al final, un dossier de prensa.

http://www.rtpa.es/nacional:Una-fundacion-invita-a-los-partidos-a-evaluar-sus-programas-electorales-de-2020_111489319909.html

http://blogs.elcomercio.es/dame-buenas-noticias/2017/03/13/profesionales-de-exito/



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martes, 7 de marzo de 2017

Cultura y futuro


Avilés es, por méritos propios, la referencia teatral en España o, como mínimo, por bajar algo el diapasón, una de las más destacadas. Seamos modestos, pero no más de lo necesario, aunque solo sea para compensar los males que tenemos en otros ámbitos y que normalmente se exageran con poco o mucho rigor (de todo hay).

Esta realidad teatral avilesina se acerca al óptimo, como reconoce toda la gente del gremio, incluyendo actrices, actores, técnicos, programadores y productores. Y, por supuesto, así lo vemos quienes disfrutamos de ello como espectadores y pagamos como contribuyentes y usuarios (ambas cosas). Eso sí, debemos tener presente que este resultado no es casual, ni ha sido fácil, ni por supuesto gratis, ni tampoco está asegurado para siempre jamás. Esta conquista es un excelente ejemplo de buen trabajo compartido entre personas y administraciones públicas, cuyo símbolo más evidente ha sido el tránsito desde un edificio decadente hasta un escenario recuperado con esplendor y estrenos de máxima calidad.

Los de mi generación conocimos un Teatro Palacio Valdés cerrado y en ruinas, a punto de venirse abajo. Escuchábamos de nuestros mayores historias de grandes actuaciones pasadas en aquellas tablas, pero se nos hacía muy difícil imaginarlas y las atribuíamos a ensoñaciones de mentes nostálgicas.

Por fin, tras un largo declive y unas esmeradas obras, el Teatro Palacio Valdés reabre en 1992 con todos los honores. Fueron nuestros particulares juegos olímpicos, nuestra exposición universal y nuestra capitalidad cultural, todo en uno, en aquel año mágico para toda España. Las bodas de plata de esa reapertura deben ser celebradas como se merecen, para que los más jóvenes sepan que lo que hoy conocen no estuvo siempre ahí. El impulso de alguien, el talento de otros, la ilusión de una ciudad entera y el dinero de todos, debidamente aprovechados y puestos en común, producen buenos frutos. Pero hay que seguir peleando. Llegar a la meta cuesta, pero cuando ya estás en ella, mantenerse cuesta más, dice la canción de Julio Iglesias.

Que la cultura es un puntal de futuro, ya nadie lo duda. O casi nadie, salvo quienes siguen contraponiendo notas musicales y obras de teatro a toneladas de chapa y alambrón. Como si todas estas cosas no se pudieran producir al mismo tiempo y en el mismo sitio. La falsa dicotomía entre industria y cultura, entre hormigón e innovación, entre verde y gris, es como cuando nos obligan a elegir entre lo bueno y lo mejor. Lo queremos todo, cada cosa con mesura. Sin castillos en el aire, pero sí con sana ambición y siendo conscientes de nuestras limitaciones, al lado de nuestras grandes fortalezas.

En los últimos 25 años Avilés ha consolidado una programación cultural envidiable, optimizando unos recursos que, ojalá fuesen más, pero cuyo rendimiento es claro y notorio. Contenidos variados y espléndidos continentes son ejemplos de todo ello, pudiendo sintetizar el menú en los platos que cada día se cuecen –perdón por el símil gastronómico- dentro de la Casa de la Cultura, la Factoría Cultural, el Teatro Palacio Valdés y, por supuesto, el Centro Niemeyer.

Me permito cerrar con un par de ideas que llevan tiempo fraguando y que, en mi modesta opinión, constituyen valiosas líneas de avance, sin grandes requerimientos de gasto, pero sí de una decidida voluntad y una inteligente visión estratégica.

La primera, la música, en torno al eje principal –que no único- de un Conservatorio de alta calidad, con grandes profesionales y un edificio de solera. Otras polémicas deben quedar arrumbadas desde ahora.

Y, dos, el espacio inmenso que se abre para Avilés –y para Asturias y España- en América Latina y el Caribe. Nuestro pie puesto en Brasil, un país que cuadruplica la población española y en pleno auge, no puede ser desaprovechado. Ese puente virtual que sobrevuela el Atlántico debe ser cruzado, con flujos en ambos sentidos, en forma de intercambios estudiantiles, culturales, académicos y profesionales, paquetes turísticos, cursos de español y numerosas actividades de todo tipo, con el fin de explotar la veta que supone tener aquí un pedazo de la magna obra del eterno arquitecto brasileño, Medalla de Oro de nuestra ciudad.

Publicado en La Voz de Avilés el 7 de marzo de 2017