El Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) está contemplado en el artículo 158.2 de la Constitución Española y su fin es “corregir desequilibrios económicos interterritoriales y hacer efectivo el principio de solidaridad”. Sin embargo, desde hace tiempo tiene un papel casi testimonial, ya que sus recursos han descendido notablemente con relación a los presupuestos autonómicos y al PIB. Por tanto, es evidente que no cumple el papel para el que fue diseñado. De esta manera, casi no está y parece que no se le espera.
Por si fuera poco, el sistema de financiación autonómica de 2009 (todavía vigente, aunque a veces no lo parezca) creó dos Fondos de Convergencia Autonómica: el Fondo de Competitividad y el Fondo de Cooperación, siendo este último concebido “con el objetivo último de equilibrar y armonizar el desarrollo regional, estimulando el crecimiento de la riqueza y la convergencia regional en términos de renta de Comunidades Autónomas y Ciudades con Estatuto de Autonomía”.
Pero entendemos que esta estrategia es equivocada. Por un lado, ya disponíamos del instrumento necesario para tales fines, el FCI (en realidad, desdoblado en dos), sobre el que se habían lanzado algunas propuestas, por ejemplo aquí, aquí y aquí, para poder devolverle el protagonismo que se merecía con las oportunas y necesarias reformas. Por otro lado, creemos que el Fondo de Cooperación no cabe dentro del sistema de financiación autonómica, cuya finalidad principal es clara en cuanto a garantizar el acceso a los servicios públicos fundamentales –y la consiguiente nivelación parcial- y distinta, a nuestro juicio, de la corrección de los desequilibrios económicos territoriales. Aunque las dos son manifestaciones prácticas de la solidaridad, la segunda debería estar en manos de un instrumento diferenciado, en estrecha colaboración con las ayudas europeas a nuestro país en esta materia, por cierto, decrecientes hasta 2020 y aún más después de ese año.
En suma, ante la ansiada reforma del sistema de financiación autonómica, de cara a la siguiente legislatura estatal, proponemos desde aquí la eliminación de los Fondos de Convergencia, primero porque distorsionan la aplicación del modelo, pero sobre todo porque se debe dar paso a un potente FCI que pueda contribuir a hacer efectivos los objetivos para los que fue ideado.
Por si fuera poco, el sistema de financiación autonómica de 2009 (todavía vigente, aunque a veces no lo parezca) creó dos Fondos de Convergencia Autonómica: el Fondo de Competitividad y el Fondo de Cooperación, siendo este último concebido “con el objetivo último de equilibrar y armonizar el desarrollo regional, estimulando el crecimiento de la riqueza y la convergencia regional en términos de renta de Comunidades Autónomas y Ciudades con Estatuto de Autonomía”.
Pero entendemos que esta estrategia es equivocada. Por un lado, ya disponíamos del instrumento necesario para tales fines, el FCI (en realidad, desdoblado en dos), sobre el que se habían lanzado algunas propuestas, por ejemplo aquí, aquí y aquí, para poder devolverle el protagonismo que se merecía con las oportunas y necesarias reformas. Por otro lado, creemos que el Fondo de Cooperación no cabe dentro del sistema de financiación autonómica, cuya finalidad principal es clara en cuanto a garantizar el acceso a los servicios públicos fundamentales –y la consiguiente nivelación parcial- y distinta, a nuestro juicio, de la corrección de los desequilibrios económicos territoriales. Aunque las dos son manifestaciones prácticas de la solidaridad, la segunda debería estar en manos de un instrumento diferenciado, en estrecha colaboración con las ayudas europeas a nuestro país en esta materia, por cierto, decrecientes hasta 2020 y aún más después de ese año.
En suma, ante la ansiada reforma del sistema de financiación autonómica, de cara a la siguiente legislatura estatal, proponemos desde aquí la eliminación de los Fondos de Convergencia, primero porque distorsionan la aplicación del modelo, pero sobre todo porque se debe dar paso a un potente FCI que pueda contribuir a hacer efectivos los objetivos para los que fue ideado.
Publicado con Francisco J. Delgado Rivero en el blog De fueros y huevos (RIFDE-Expansión) el 11 de febrero de 2015
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