jueves, 23 de mayo de 2013

Los economistas respaldan la asimetría, no la arbitrariedad

En estas declaraciones al diario digital Zoom News, coincido básicamente con las apreciaciones que hacen Ángel de la Fuente y José Ignacio Conde-Ruiz (conste que nos entrevistaron a cada uno por separado y no hubo acuerdo previo).

La asimetría no es mala per se, pero debe estar sustentada sobre criterios objetivos no manipulables.

EFE

M. Ponce de León

La disputa entre los barones del Partido Popular y el Gobierno por el déficit asimétrico o a la carta no tiene réplica entre los economistas. Una amplia mayoría de los expertos en financiación autonómica coincide en apuntar que, dadas las circunstancias, esta propuesta resulta razonable. Tanto, como lo es el hecho de que la Comisión Europea establezca una senda de consolidación distinta para cada uno de los países de la zona euro.

Eso sí, no son partidarios de que el déficit diferenciado sea puesto en práctica a cualquier precio. Aseguran que ha de quedar garantizado que las comunidades, sin excepción, continúan teniendo como prioridad absoluta la estabilidad presupuestaria.

En 2012, todas las autonomías tenían el mismo objetivo: el 1,5% del PIB. Pero cinco no consiguieron alcanzarlo y rebasaron el tope. Fueron Andalucía, Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia. Para 2013, el techo estaba previsto en el 0,7% del PIB, pero dado que Bruselas rebajará las exigencias a España, el Gobierno ya ha anunciado que la Administración central compartirá el alivio con las comunidades, cuya media de déficit habrá de quedar en el 1,3% del PIB, según recoge el Programa de Estabilidad de este año.
Montoro asegura que esta opción pretende evitar que las comunidades rezagadas "agudicen la recesión"

Eso sí, el Ministerio de Hacienda ha planteado que, vistas las dificultades de algunas regiones para avanzar en la consecución de los objetivos pese a los ajustes acometidos, es necesario facilitarles el camino, y apuesta por adaptar ese mayor margen a las necesidades de cada territorio. En eso consiste básicamente el déficit asimétrico: en tomar en consideración las particularidades de cada comunidad para pedir una meta factible. Así, el equipo del ministro Cristóbal Montoro está analizando cómo asignar nuevamente los topes, puesto que los puntos de partida son muy distantes.

El ministro volvió a defender este miércoles en el Congreso esa alternativa, de la que dijo que pretende evitar que las comunidades que no alcanzaron los objetivos "agudicen la recesión".

Una opción lógica

“Las condiciones de las autonomías son muy diversas”, explica Ángel de la Fuente, experto del Instituto de Análisis Económico del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). “Igual que Europa no trata a todos los países de la eurozona de idéntica forma y no exige a España lo mismo que a Alemania, es posible hacer distinciones en el déficit exigido a las comunidades”.

“Observando las diferencias entre unas y otras, por ejemplo entre la Comunidad Valenciana que registró un déficit del 3,5% el año pasado y Madrid, con un 1,1%, es muy difícil pretender que las más rezagadas rebajen al 0,7% en un solo año, después de todo el esfuerzo que ya han hecho; y tampoco puedes dejar que las que están en cotas del 1% tengan en 2013 un objetivo superior”, dice De la Fuente. “Lo lógico es darles un poco de margen a las que están más lejos”, añade.

Ahora bien, el economista advierte de que eso no puede ser excusa para que eludan lo que tienen que hacer: continuar reduciendo el desfase. “Hay que tener cuidado que esto no acabe convertido en una merienda de negros”, anota: “Puede que tengan que ir más despacio, pero no tendría sentido una marcha atrás”.

Para José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la opción del déficit asimétrico tampoco resulta disparatada, aunque especifica que está a favor, “siempre que no sea a dedo”. Es más, apunta el factor sobre el que asentar la diferenciación. “Tiene cierta lógica –asegura– que sean descontados los intereses de la deuda en el cálculo”.

La arbitrariedad en el reparto, que estos dos economistas aluden como elemento de riesgo, es referida asimismo por Roberto Fernández Llera. El también experto en financiación autonómica afirma que las distinciones en los topes de déficit de las comunidades no son nuevas. “Durante la década de los noventa, antes de que España adoptara el euro, había escenarios de consolidación presupuestaria diferentes. El Estado acordaba con cada autonomía un objetivo de déficit y otro de deuda”. Recuerda que aquello no salió del todo bien porque “existía un problema: la bilateralidad”. Es por eso que subraya que éste no tiene por qué ser un mal sistema, “siempre que esté bien hecho”.

Y para que así ocurra es del todo preciso que “no sirva de premio a las comunidades que no han cumplido”. “Para pactar los nuevos topes hay que analizar las causas, ver que están justificadas, según lo hace la Comisión con los países de la eurozona”, zanja Fernández Llera.

En contra de todos los planteamientos anteriores, aparece el diagnóstico de Yolanda Fernández Jurado, profesora de Economía de Comillas Icade. “Todas las comunidades lo están pasando mal. Con la distribución asimétrica del déficit, el Estado genera un agravante comparativo, una distorsión fiscal tremenda entre autonomías”, asegura. “Demasiada discrecionalidad puede provocar una España de dos o tres velocidades”, concluye.

Dardos al sistema de financiación autonómica

En lo que sí coinciden todos los analistas es en que lo que subyace bajo la disputa por el déficit a la carta es un sistema de financiación autonómica poco eficiente, que urge revisar. “Es bastante injusto”, remarca José Ignacio Conde-Ruiz, quien explica: “Habría que dotar de más recursos a las comunidades. Actualmente depende de las autonomías alrededor del 35% del gasto y sólo un 17-18% de los ingresos. No existe corresponsabilidad fiscal, es decir, el encargado de gastar no es el mismo que el que recauda”.

“El sistema de financiación autonómica es muy malo, habría que reformarlo enseguida, pero no en la dirección que pretenden las comunidades autónomas”, avisa Ángel de la Fuente: “La mayoría quiere que Madrid les regale el dinero, sin que ellas se tengan que mojar, y eso es lo último”. Según el experto, “hay que repartir mejor”.

De la Fuente apunta, asimismo, a “la maraña de fondos de financiación autonómica que existe actualmente”. “No hay quien los entienda y habría que acabar con todos. Dejar un único fondo de garantía y otro de nivelación, que permita el trasvase de dinero desde la Administración central a las comunidades más pobres”, dice, para concluir: “A partir de ahí, yo soy partidario del café para todos, es decir, misma financiación por habitante para todas”.

 

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