Reportaje de Ainhoa Palacio en La Voz de Avilés, el 10 de junio de 2011, sobre mi ponencia acerca del mundo del cómic y su relación con la economía. O al reves: sobre el mundo de la economía en el cómic. En realidad, las dos cosas. Todo ello, dentro de un curso de verano de la Universidad de Oviedo, dirigido por mi amigo Christian Bartsch.
La oferta y la demanda en viñeta
El profesor de Economía Roberto Fernández Llera explica las soluciones que el sector público puede tener para el cómic
Sólo el 1,5% de lectores consume cómics. Uno de los principales problemas es la falta de iniciativas desde el sector público que ayuden a potenciar la creación de nuevas editoriales y más cómics que lleguen a más gente. «En definitiva, de lo que se trata es de abrir mercado», comentaba ayer Roberto Fernández Llera, profesor de Economía de la Universidad de Oviedo y columnista de LA VOZ DE AVILÉS.
Llera fue el responsable de hablar de la cultura «como valor económico indiscutible, que aporta un porcentaje muy importante al PIB» y del «peso que no podemos despreciar que tiene el cómic, que habría que aumentarlo incluso». Su conferencia forma parte del curso de verano 'Del mundo real a la viñeta del cómic: cuando María venció a Superman'.
A su juicio, el servicio público «dispone de muchos instrumentos para poder actuar: desde el lado de la oferta, puede utilizar las bibliotecas públicas para que adquieran más ejemplares», que terminará por facilitar el acceso a este tipo de producto y tendrá una repercusión «sobre la economía local». Para Fernández Llera, otra vía de actuación pueden ser las subvenciones. Al respecto indicó que «lo deseable es una subvención para una actividad que nace o se quiere impulsar, pero no se debe pretender que viva sólo de subvenciones, sino que ser sostenible por sí misma».
También explicó que «las publicaciones han descendido algo por efecto de la crisis», pero no por la falta de ideas de los autores, sino por los recortes en el sector público, del que el cómic tampoco ha sido ajeno. «Desde 2009 se ha producido una caída en cuanto a nuevos títulos», concretó.
Respecto al público y los lectores indicó que «siempre se ha dicho que el cómic tiene un público muy limitado», pero explicó que para atajarlo «se podría actuar para que la demanda fuese mayor». A la «preocupante» cifra del porcentaje de lectores que consumen cómics, añadió el dato de los lectores que son mujeres. «Lo cierto es que leen muchos menos cómics que los hombres, y se podrían hacer cómics que interesasen a las mujeres», alejados de los estereotipos clásicos y tocando temas sociales, de interés, o de actualidad.
Otra alternativa, según indicó el profesor, es «utilizar el cómic como herramienta educativa», algo que ya se hace en la Universidad de Oviedo y se está extendiendo en diferentes institutos de la región. Como ejemplo, recordó las iniciativas de la Agencia Tributaria y el Institutos de Estudios Fiscales con la creación de su portal de Educación Tributaria «que explica cómo funciona la Hacienda Pública». O el proyecto de CNMV y el Banco de España sobre Educación Financiera que enseña lo que es una hipoteca, cómo funcionan unas acciones... En definitiva, «será una generación que tiene que aprender sobre esto y el cómic puede jugar su papel».
Antes de concluir, recalcó que «el público del cómic es igual que de la novela histórica», pero hay que aumentar la oferta para que se incremente la demanda.