La riqueza de las regiones depende –también- de la calidad de sus instituciones, de la transparencia en la gestión pública y de eso que ahora pomposamente se conoce como “buen gobierno”. Los órganos de control externo (OCEX) –llamados tribunales, sindicaturas, audiencias, cámaras o consejos de cuentas, según el caso- son responsables de fiscalizar el cumplimiento de los principios básicos de legalidad, eficacia, eficiencia y economía en materia económica, presupuestaria y financiera, así como de recomendar medidas y reformas que coadyuven a tan nobles fines. Por cierto, muchas de esas recomendaciones fueron ya formuladas hace años y de forma reiterada por los OCEX, antes de que la actual crisis se las descubriese a algunos gestores y a buena parte de la ciudadanía, demostrando lo importante que es “el control público sobre lo público”. Sobre esta cuestión del grado de seguimiento de las recomendaciones hablaremos otro día, si hay ocasión.
El desarrollo del Estado de las Autonomías ha supuesto el despliegue de un entramado institucional en cada una de las comunidades autónomas que, dentro de un marco común, responde a lógicas preferencias diferenciadas entre territorios, en este caso, sobre su propio nivel de autogobierno. En el caso concreto de los OCEX, el panorama es fiel reflejo de esa diversidad, algo consustancial a la autonomía de regiones y nacionalidades que consagra la Constitución. Algunas CCAA como Navarra, Cataluña, Comunitat Valenciana, Galicia, País Vasco, Andalucía y Canarias cuentan con sus OCEX desde la década de los ochenta del siglo pasado. En una segunda oleada constituyeron estos órganos las comunidades autónomas de Madrid, Illes Balears, Castilla y León, Principado de Asturias y Aragón. Por el medio, hubo de todo. Castilla-La Mancha disfrutó de su Sindicatura de Cuentas entre 1994 y 2014, año este último en el que el Gobierno de esa comunidad autónoma decide su supresión y el parlamento ratifica por mayoría dicha decisión. El Estatuto de Autonomía de Extremadura contempla la creación del Consejo de Cuentas, pero a la fecha aún no ha sido constituido. Finalmente, en Cantabria, Murcia, y La Rioja, el OCEX “ni está ni se le espera”.
En resumen: a comienzos de 2015 hay 12 OCEX en activo, conviviendo con el Tribunal de Cuentas, con el cual se coordinan sus trabajos, en el marco de lo que disponen sus respectivas legislaciones. La supuesta duplicidad no existe, habida cuenta de que el alcance de los informes de los OCEX autonómicos es mucho más amplio en la práctica (que no en la teoría) al del Tribunal de Cuentas, una institución que necesitaría multiplicar sus recursos materiales y humanos para siquiera igualar la “producción” de informes de fiscalización. Por tanto, ese hipotético ahorro se diluye y, todo ello, sin computar las mejoras indirectas en la gestión pública que se derivan de la acción fiscalizadora, en tanto que valor intangible que no debe confundirse con el “precio” de su coste presupuestario. Y con respecto a la ineficiencia en los trabajos de los OCEX, dado que es este un concepto relativo, no se puede formular en abstracto, si se pretende ser riguroso. Es evidente que siempre habrá margen de mejora, pero tratar de inducir una decisión tan grave como la supresión del órgano a partir de indicadores imperfectos (por definición), conduce a resultados muy poco deseables. Esa y no otra era la intención del famoso Informe CORA, cuya víctima propiciatoria ha sido la ya extinta Sindicatura de Cuentas de Castilla-La Mancha.
Pues bien, de todo esto y de cuestiones concretas relativas a la estabilidad presupuestaria, la reforma local, la política autonómica, la gestión de la universidades públicas, los desafíos de las nuevas normas de contabilidad y auditoría pública, así como de las principales novedades informáticas y tecnológicas, se debatirá en Oviedo los días 18 y 19 de junio de 2015, en el marco de los XI Encuentros Técnicos y el VI Foro Tecnológico de los OCEX. El evento está organizado por la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias y toda la información está disponible en la web www.sindicastur.org.
El plazo para el envío de comunicaciones finaliza el 15 de mayo y la inscripción permanecerá abierta hasta el 29 de mayo. El programa oficial se completa con una serie de visitas y eventos culturales de alto interés para quienes recalen en Asturias esos días. La participación mayoritaria será de técnicos del control externo, como parece lógico, pero el congreso también está abierto a cualquier persona del ámbito universitario, del control interno, de empresas privadas de auditoría y, en definitiva, a todo aquel con interés profesional o académico en la gestión pública y en su fiscalización, más aún, si a ello se añade la vitola de análisis territorial que envuelve este blog y a la propia AECR.
Si os apetece, ¡nos vemos en junio en Oviedo!
Publicado en el blog de ABC-AECR «La riqueza de las regiones» el 29 de abril de 2015