"Hay que reformar el modelo fiscal de hace 30 años, no sirve"
Roberto Fernández Llera, hacendista y profesor de Economía de la Universidad de Oviedo, es un firme defensor de la reforma fiscal. Asegura que el discurso de que siempre es bueno bajar impuestos se ha demostrado falso.
13/04/2010 00:00 / PABLO Á. RUBIO
–¿Esperaba una caída tan severa de los ingresos públicas?
–La profundidad de la crisis nadie la supo ver. Todos veíamos venir la caída de ingresos, pero no se esperaba que fuera tan profunda. Por eso creo que llegó el momento de tomar medidas en serio.
–Vamos, que es muy fácil decir ahora: ya lo había dicho...
–Evidentemente. España tenía un problema que pasaba por centrar gran parte de su actividad económica en el sector inmobiliario. Era un problema que tarde o temprano iba a estallar, pero lo hizo de repente y además, apareció la crisis financiera.
–¿Y qué se hubiera podido hacer antes?
–Las medidas anteriores a la crisis fueron todas en la misma dirección: bajar impuestos. Y no se puede comprar siempre ese discurso porque es muy peligroso y los resultados los tenemos ahora. Son obvios y no descubro nada: no es es la reducción del gasto público para equilibrar el presupuesto y el otro el incremento del déficit.
–¿Dónde estuvieron los fallos?
–La eliminación del impuesto de patrimonio, la práctica extinción del tributo de sucesiones y donaciones o las continuas bajadas del IRPF. Y ahí estoy metiendo a todos los gobiernos, al de Zapatero, pero también al de Aznar y a los de las comunidades autónomas. Hay contadas excepciones, como por ejemplo, la imposición del céntimo sanitario, porque el resto siempre iba en la misma dirección. No nos puede servir el mismo traje para un contexto diferente.
–Esto era antes. Volviendo al presente, ¿es necesario una reforma fiscal?
–Es fundamental que la política fiscal sea vista como una política de estado y por tanto, sentarse seriamente a hablar de la reforma fiscal, como se hizo en 1978, donde hubo un gran pacto político. Pero el problema es que el modelo de hace 30 años ya no sirve y hay que partir siempre de un pacto político entre los grandes partidos para implicar a todo el Estado, comunidades autónomas incluidas.
–¿Y cuáles son los aspectos que se deben abordar?
–Habría que darle la vuelta a algunas decisiones que se tomaron años atrás. Una de ellas es recuperar el impuesto de patrimonio. En realidad, no se suprimió, se mantiene congelado a la espera de mejores tiempos y el momento idóneo es éste. Hay que gravar a las grandes fortunas. El de sucesiones y donaciones habría que garantizar un gravamen mínimo para toda España y que cada comunidad autónoma decida después. Y además, hay margen para subir el IVA.
–¿Y el IRPF?
–Ha sido un tema tabú todos estos años y también ha llegado el momento de plantearse si hemos tocada fondo. Aquí España no está muy lejos de la media de la UE y de la OCDE. Aunque no aportaría mucho, se podría subir el tipo máximo porque supondría lanzar un mensaje de que se grava más a las rentas más altas. Y también se podrían plantear deducciones.
–En el debate del IVA hay un frente que piensa que una subida puede frenar aún más consumo.
–La subida del IVA va repercutir en los precios, es evidente. Pero hay una parte que va a repercutir en el empresario, no todo en el consumidor.
–¿Es la única alternativa que tiene ahora el Estado a mano?
–Hombre, es la alternativa fácil, pero no es la única. Es lo que he dicho antes, habría que recuperar cuestiones para abordar los impuestos de patrimonio o sucesiones. El IVA, es la alternativa fácil.
–Da la sensación de que al Gobierno central y los de las Comunidades Autónomas les ha pillado con el pie cambiado.
–Llevábamos muchos años planteando que lo único bueno en temas de impuestos era bajarlos y ese discurso se ha demostrado que era falso. Los servicios no se financian solos. Cuando la economía va bien, con bajos impuestos se puede llegar a recaudar más, pero cuando la situación va mal aparecen los problemas de financiación. Y solo hay dos maneras de financiarse: con impuestos o vía déficit. Bueno, hay una tercera, reduciendo el gasto público.
–¿Y qué gasto se puede reducir?
–Todo se basa en preferencias políticas. No estoy de acuerdo con mensajes de tipo generalista como el de que hay que reducir el gasto corriente. Porque hay muchos tipos de gasto que son fundamentales.
–¿Hay alguna previsión sobre la evolución de los ingresos?
–Lo que es seguro es que no se va a volver a los niveles de hace 10 años. Otra cosa es que ya hemos tocado fondo, pero no vamos a poder volver a llevar el nivel de vida de antes, donde parecíamos todos nuevos ricos.
–¿No es contradictorio subir los impuestos con los niveles de paro actuales?
–Hay que matizar las cifras del paro. Frente a los 4 millones de parados, de los que cuales 2 ya existían en el mejor momento, hay 18 o 19 millones de personas que trabajan. Si nos creemos el concepto de la solidaridad es importante que cada patrimonio y cada renta tribute en función de su cuantía. Y que las rentas altas paguen no me parece mal, todo lo contrario.
–Todo depende del modelo de país que queremos.
–Evidentemente. Y además, hay una cosa muy importante y de la que nadie habla. En el 2013 España se va a quedar sin una parte de los fondos europeos y no va a quedar otra solución que recurrir a los impuestos para financiarnos.
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