viernes, 11 de febrero de 2011

Autónomos y ánimos

Foto tomada en El Salvador (cortesía de Javier Suárez Pandiello)
El Gobierno de España anuncia un refuerzo del plan de prevención del fraude fiscal y de lucha contra los defraudadores (grandes y pequeños). Me parece una de las mejores noticias que se puede escuchar, ya sea en momentos de crisis o de expansión. Siempre es bueno parar los pies a quienes hacen tropelías con los impuestos, a costa de los cumplidores.

Leo que la prevención y la lucha contra el fraude fiscal permitieron recaudar 10.043 millones de euros en 2010. Este dineral recuperado en un solo año, de no haber sido aflorado, ahora estaría en manos de algunos listillos. Bien por la inspección fiscal, la Agencia Tributaria y el Gobierno de España, por tener aquí una prioridad de acción, en colaboración con las demás administraciones públicas.

El segundo titular también me gusta. Hay más de 1.000 detenidos e imputados por fraude a la Seguridad Social en 2010. En este caso, felicitemos a los mismos de antes y, además, a la unidad especializada de la Policía Judicial. Y a los que pillaron in fraganti, presunción de inocencia, aunque me temo que algunos las pasarán canutas (me alegro).

El tercer titular es bastante menos alentador. Nos informa de que la Seguridad Social inicia una campaña para animar a los autónomos a cotizar según sus ingresos. ¡Válgame Dios! ¿Pero acaso hay que animar a la gente a ser responsable? No me parece mal; lo que no entiendo es que todavía sea necesario hacerlo. Está claro que en España falta mucha educación fiscal.

A mí (asalariado) nadie me tiene que animar. Simplemente pago mis impuestos porque creo en ellos y porque, si no quisiera, los pagaría igual (controlan mis ingresos, como debe ser). No me cabe en la cabeza que el 80% de los autónomos, algunos beneficiarios de subvenciones y préstamos públicos, luego esté cotizando por la base mínima.

¿Por qué esta doble vara de medir? ¿Por qué todos consentimos esto, mientras la inspección hace la vista gorda? ¿Acaso no deben tener el mismo impuesto y el mismo control un asalariado que gana 2.000 euros y un autónomo con la misma renta? Yo creo que sí. Lo demás, rompe la equidad entre iguales.
 
Publicado en La Voz de Avilés el 11 de febrero de 2011.


miércoles, 2 de febrero de 2011

Escribidores y periodistas


Volvía de un placentero viaje por tierras de Neruda, cuando leo un titular que me afecta en primera persona y que atufa a sensacionalismo. Por supuesto, no de LA VOZ DE AVILÉS, sino de un diario salmón que cada día parece más amarillista.

Compruebo que soy uno de los «fiscalistas de Salgado» (sic), o sea, uno de los asesores a los que consulta la Ministra de Economía y Hacienda para tomar decisiones. Resulta que estoy en el sanedrín de altos consultores ministeriales... ¡y yo sin enterarme! Pero el plumilla y su director, no contentos con eso, le aclaran al lector que mi informe «no es vinculante»... ¡Ah, bueno! Ya me quedo más tranquilo. Igual un día me levanto chavista (de Chávez, no de Chaves), sugiero nacionalizar la banca y, claro, la pobre vicepresidenta segunda estaría obligada a obedecerme (ahora que lo pienso, igual no es mala idea).

En fin. Prefiero tomarlo a broma, aunque esta anécdota me sirve para plantear una reflexión sobre la ética periodística. Algunos que escriben en periódicos, revistas o redacciones de radio y televisión deberían revisar aquellos geniales cursos de Juanjo de la Iglesia en el primer 'Caiga Quien Caiga' del Gran Wyoming. Muchos siguen pensando que la realidad no les puede estropear un buen titular. Planean un objetivo (derribar un gobierno, desprestigiar a alguien...) y a partir de ahí, afilan un discurso tergiversado o construyen una pura patraña.

Yo no soy periodista, pero sí tengo personas muy cercanas que lo son. Lo que sí soy es un lector asiduo de información y lo único que pido es rigor, rigor y rigor a quien escribe. La objetividad (si existe) es otra cosa y esa no la exijo. Cada uno tiene sus manías y querencias, pero no por ello se debe renunciar a un servicio crítico, pero no cafre o suicida.

El periodismo es básico en democracia. Una bitácora de un aficionado no es periodismo, es otra cosa. Muy legítima, pero distinta. Un medio informativo serio tiene que ganarse el respeto por la calidad de sus informaciones, por la ponderación de sus opiniones y por las buenas condiciones laborales de sus profesionales.

Publicado en La Voz de Avilés el 2 de febrero de 2011